El nuevo presidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), Rafael Louzán, ha implementado nuevas medidas para reforzar la transparencia y la imagen del organismo tras la polémica gestión del anterior presidente, Luis Rubiales. En la primera asamblea de Louzán al frente de la institución, ha cumplido con uno de los compromisos adquiridos con el Consejo Superior de Deportes (CSD) y ha impulsado la aprobación de un código de buen gobierno que adapta los estatutos de la Federación a la nueva Ley del Deporte, lo que conlleva aprobar la norma antiPiqué.

La RFEF prohíbe acuerdos comerciales con futbolistas en activo
Uno de los puntos más destacados del nuevo código impide que deportistas en activo establezcan relaciones comerciales para organizar competiciones oficiales. Esta medida, aprobada con el 92% de apoyo de los votantes, busca evitar situaciones como la polémica generada en el año 2020 con el traslado de la Supercopa a Arabia Saudita. En aquel momento, Gerard Piqué, aún jugador del Fútbol Club Barcelona, actuó como intermediario en un acuerdo que generó una gran controversia por un posible conflicto de intereses. Kosmos Holding, la empresa de Piqué, recibió una millonada por hacer de intermediaria del acuerdo entre la RFEF y Arabia Saudita.

Louzán quiere marcar distancias con etapas anteriores y consolidar una gestión más estricta. En este sentido, la Federación también ha hecho públicos los ingresos derivados de la última edición de la Supercopa, que han alcanzado los 51 millones de euros. De esta cantidad, 27 millones corresponden a patrocinios, 11 a los derechos televisivos, 10 a los servicios y 3 a ayudas para los desplazamientos de los equipos participantes. Con esta reforma, la Federación busca garantizar la integridad de las competiciones y evitar cualquier sombra de sospecha en sus gestiones, reforzando así su credibilidad ante clubes, jugadores y aficionados.

