Cataluña se ha quedado a medio camino en su retorno a los terrenos de juego. La Nova Creu Alta ha respondido al primer partido del conjunto dirigido por Gerard López después de dos años de ausencia con una asistencia de casi 6.000 seguidores, pero el resultado no ha acompañado. La selección catalana ha empatado por 2-2 contra Panamá a un enfrentamiento donde ha ido de menos además. El combinado catalán ha echado de menos la efectividad como la de las dos figuras que la Federación Catalana de Fútbol (FCF) homenajeaba hoy: Sergio Garcia y Bojan Krkic. A pesar de que la selección estaba afectada por bajas importantes como la de Pau Cubarsí, Aleix Garcia, o Lamine Yamal entre otros muchos, el equipo ha echado de menos los recursos individuales para cambiar un partido emotivo por su significado.
La crónica del Cataluña 2-2 Panamá
Cataluña reflejó que los dos años de ausencia le pasaron factura. El conjunto dirigido por Gerard estuvo enmohecido durante la primera mitad: quería tener el protagonismo con la pelota durante la primera mitad, buscando especialmente pases cortos para progresar conjuntamente, pero no generaba el peligro necesario para amenazar la portería de Panamá. Curiosamente, fue a través de un pase largo cuando la selección catalana inauguró el marcador. Óscar Mingueza apreció la desmarcada de Ferran Jutglà entre los centrales de Panamá. El príncipe humilde del gol combinó la calidad con la picaresca para marcar el primer gol de la tarde en el minuto once. El portero panameño, Orlando Mosquera, salió con mucho descontrol del área. El delantero del Brujas solo necesitó un sutil toque para picar la pelota y poner el 1-0.
Pero a diferencia del combinado catalán, la selección panameña sí que disfrutaba de efectividad a la portería de Arnau Tenas. Tres minutos después del gol de Jutglà, Panamá ya avisó con un remate donde el portero de París Saint-Germain tuvo que intervenir. Al 18′, pero, el empate llegó a la Nueva Cruz Alta. Eric Davies cogió la espalda de Héctor Bellerín para rematar sol al segundo palo después de una grande centrada de Yoel Bárcenas, que dejó una dosis justa de calidad para demostrar por qué puerta el «10». Diez minutos después, Freddy Góndola ser más listo que Mingueza. Góndola se desmarcó por detrás del jugador del Celta de Vigo -después de un gran pase de Andrés Andrade– para rematar sol ante Tenas. A diferencia de Cataluña, los panameños sí que estaban aprovechando sus oportunidades para marchar al descanso con la ventaja, hasta el punto de obligar Sergi Gómez a evitar el 1-3 bajo la línea de gol.
Durante el descanso del partido, la FCF ha homenajeado dos jugadores claves de la historia de la selección: Sergio Garcia, el jugador con más partidos y el máximo goleador con la selección, y Bojan Krkic. Una imagen bonita para los dos, especialmente para Bojan porque se perdió su propio tributo en Lleida, pero insuficiente para el exazulgrana. Exactamente igual que el rendimiento durante la primera parte. Panamá era más efectivo de cara a portería y, como tenía espacios, los aprovechaba mejor. El partido era amistoso, pero la próxima Copa América no lo será. Por lo tanto, el conjunto dirigido por Thomas Christiansen no quería bajar los brazos. Por eso, López decidió cambiar de dinámica: hizo entrar jugadores como Jastin Garcia para revolucionar el ritmo del partido. Con los cambios, Cataluña mostró una mejor cara y también tuvo el punto de fortuna que siempre es agradecido.
Carles Aleñà marcó el empate después de una recuperación. Un error de los panameños en la salida de pelota acabó con la pelota a los pies del jugador del Getafe, que definió con calidad para poner el 2-2 al 50′ y, posteriormente, ser sustituido. Como si hubiera hecho los deberes a última hora antes de salir. A medida que los minutos pasaban, Cataluña jugaba cada vez mejor. Forzaba la selección panameña a defender, a cerrarse con cinco defiendes y cuatro medios centros muy plantados en su propio campo. La selección catalana era capaz de llegar a moverse mejor entre líneas y de tener más profundidad, pero no la suficiente para asegurar la victoria.