El Fútbol Club Barcelona ha logrado clasificarse para las semifinales de la UEFA Champions League seis años después. Lo ha hecho tras sufrir una derrota sin consecuencias en el partido de vuelta de los cuartos de final contra el Borussia Dortmund, gracias al gran resultado de la ida, pero esta derrota vendrá acompañada de muchas lecciones para el equipo de Hansi Flick. El Barça que pisó el Westfalenstadion no ha sido, ni mucho menos, el que se ha visto durante prácticamente toda la temporada, y ha mostrado, en algunos momentos del enfrentamiento, imágenes y recuerdos nada buenos de cara a la memoria del aficionado culé.
El Barça recibe una lección contundente en Dortmund, a pesar de pasar a semifinales
Este equipo, sin embargo, ha demostrado que no es el mismo de los últimos años y con seguridad se aprenderá la lección vivida en Dortmund, ahora que el margen vuelve a estar a cero y no habrá una ventaja tan grande en las semifinales, al menos en la ida, ya sea contra el Bayern de Múnich o contra el Inter de Milán. De hecho, los mismos jugadores ya lo han demostrado con el silbato final del árbitro, que a pesar de haberse colocado entre los cuatro mejores conjuntos de Europa seis años después, no había muchas caras de alegría entre los futbolistas azulgranas, sino más bien todo lo contrario, habiendo terminado con una sensación agridulce.

Por otro lado, la derrota contra el conjunto alemán ha dejado una premisa clara: ojalá Pedri no se enfríe nunca. El centrocampista es tan importante que, cuando entró al terreno de juego en la segunda parte, el Barça cambió completamente y pasó a dominar el partido con calma y sabiduría desde el centro del campo, a pesar de que el eco de su entrada se haya diluido en el campo a medida que pasaban los minutos, como el equipo. El canario es un jugador imprescindible y lo más probable es que no pueda descansar más en este tramo final de temporada, habiendo visto el panorama en Dortmund. Su ausencia, hoy en día, no se puede sustituir por cualquier otro jugador.