Porteros regalando goles a los rivales, penales inexplicables y polémicos, goles en propia puerta… y para colmo, un gol en la última jugada del partido. De esta manera, el Fútbol Club Barcelona ha conseguido la clasificación directa para los octavos de final de la UEFA Champions League, con una victoria épica en el Estádio da Luz del Benfica en uno de los partidos más locos que se han disputado jamás en la historia de esta competición (4-5). El portero polaco del Barça, Wojciech Szczesny, ha quedado totalmente señalado el día que Hansi Flick le había dado la oportunidad de ser titular en la Champions, pero sus compañeros (y los errores del Benfica) lo han arreglado. El conjunto azulgrana ha ganado un partido que será recordado durante muchos años, no por su brillantez en el juego, sino por la absoluta locura que se ha vivido.
La crónica del Benfica-Barça (4-5)
El partido del Barça ha sido algo extrañísimo desde el primer minuto. Después de un primer intento con un tiro lejano de Lamine Yamal, el Benfica ha golpeado primero. Corría el segundo minuto y los portugueses montaron un contraataque con muchísima facilidad, gracias a la pasividad defensiva de los azulgranas. Vangelis Pavlidis recibió un pase perfecto en el interior del área y no perdonó. De esta manera, comenzó su recital goleador.
Aunque el gol inicial del Benfica dejó al Barça aturdido, los culés lograron reaccionar. En una buena jugada de Alejandro Balde en el extremo izquierdo, el jugador catalán recibió un pisotón en el interior del área que el VAR castigó con penal. Robert Lewandowski no perdonó. De esta manera, el Barça conseguía el empate y parecía que había frenado el ímpetu inicial del Benfica. Es más, los culés se lanzaron al ataque y contaron con varias llegadas peligrosas. Gavi tuvo una ocasión clarísima con un mano a mano, pero Anatoli Trubin evitó el gol con una parada increíble.
Y cuando todo indicaba que el Barça estaba más cerca de la remontada que de otra cosa, comenzó el espectáculo lamentable de Szczesny. El portero polaco salió a rechazar un balón muy lejos, casi en medio del campo. No se entendió con Balde, que llegaba perfectamente para rechazarlo. Ambos chocaron, lo que aprovechó Pavlidis para tomar el balón y marcar a placer el segundo de los portugueses. Y eso no fue todo. Pocos minutos después, el mismo Szczesny cometió un penal incomprensible con una muy mala salida y el delantero griego lo transformó para anotar un hat-trick. Así, el Benfica se puso 3-1 sin querer y el Barça quedó muy tocado. Lamine Yamal y Raphinha desaprovecharon dos buenas ocasiones para recortar distancias y ese fue el resultado al descanso.

Si lo que se vio en la primera parte ya fue extraño, la segunda mitad fue directamente el juego de locos. Durante un buen rato, el Barça dominó la posesión y el Benfica se encerró en su área. Sin embargo, los ataques de los azulgranas no eran especialmente verticales y el gol parecía muy lejano. Kounde y Lamine Yamal tuvieron buenas posiciones para rematar, pero sus lanzamientos fueron tan defectuosos que no se pueden considerar ni ocasiones. La victoria del Benfica parecía sencilla, pero ellos mismos se la complicaron. El portero, Trubin, sacó de portería con tanta mala suerte que el balón impactó contra la cabeza de Raphinha y entró. Así, el Barça se encontró con un gol absurdo, igual que su rival en la primera mitad.
Parecía que los azulgranas aprovecharían el tiempo que quedaba para buscar el empate e incluso la remontada, pero nada más lejos de la realidad. En la jugada casi posterior, el Benfica volvió a encontrar espacios con muchísima facilidad, sirvió un centro peligroso al interior del área y Ronald Araujo puso el pie para introducir el balón en el fondo de su propia portería. Lo más grave es que esta vez Szczesny sí tenía la situación controlada…
Otra vez, todo parecía decidido, pero este partido tenía muchas más sorpresas preparadas. El Barça continuó atacando, más por inercia que con convicción, pero encontró un nuevo regalo. Esta vez, Lamine Yamal entró al área con el balón pegado al pie y el árbitro fue muy benevolente con los culés, ya que señaló penal a favor del Barça por un leve agarrón. Lewandowski lo volvió a transformar. Esto dio nuevas energías a los azulgranas, que atacaron con mucha más verticalidad. Así, en la salida de un córner, Pedri sirvió un gran centro al interior del área y Eric Garcia, que acababa de entrar, remató de cabeza al fondo de la red.
Y al final, el éxtasis. En la última jugada del partido, el Benfica llegó al área del Barça. Los culés lograron sacar el balón de allí y, mientras los portugueses pedían un penal inexistente, el balón caía a los pies de Raphinha, quien se lanzó al contraataque, hizo un recorte sensacional en el interior del área y marcó un auténtico golazo. De esta manera, el Barça sumó tres puntos más en la fase de liga de la Champions, consiguiendo así dieciocho de veintiuno posibles. Aún queda un partido en Montjuïc contra el Atalanta, pero los culés ya saben que, pase lo que pase, son equipo de los octavos de final y se saltan la ronda previa, es decir, se ahorran dos partidos.




