Las alegrías en can Barça duran poquísimo. En la vuelta de los cuartos de final de la Champions contra el PSG, media hora, concretamente. Después de la gesta de asaltar el Parque de los Príncipes del París Saint-Germain, el Fútbol Club Barcelona lo tenía todo a favor para certificar la clasificación para las semifinales en el Estadio Olímpico Lluís Companys de Montjuic. Y todo ha empezado bien. El Barça se ha conseguido avanzar y los culés han visto muy cerca la próxima ronda. La ilusión, sin embargo, se ha roto de golpe cuando Ronald Araujo ha cometido un doble error que ha condenado al equipo, que se ha ido deshaciendo poco a poco hasta ver como el PSG marcaba cuatro goles y le eliminaba de esta UEFA Champions League (1-4), dejando Montjuic absolutamente helado.
La crónica del Barça-PSG (1-4)
Xavi ha tenido que apostar, por fuerza, por una alineación con más calidad que contundencia y físico. Con las sanciones de Andreas Christensen y Sergi Roberto, los centrocampistas han sido Pedri González, Ilkay Gündogan y Frenkie de Jong, los más talentosos, pero también quienes más pueden sufrir en defensa. El partido ha empezado como el de París, con un PSG lanzado al ataque, con dominio de la pelota, pero con un Barça bien cerrado y muy solidario en defensa. De este modo, se han reducido del todo todas las opciones de peligro de los franceses en el tramo inicial.
El Barça ha tenido que hacer una cosa poco habitual: optar por contraataques y balones largos. El resultado, en cualquier caso, ha sido excelente. En el minuto doce, Lamine Yamal ha recibido una buena pelota en la banda, ha hecho una acción individual sensacional y ha regalado el gol a Raphinha, que de este modo ha marcado su tercero en la eliminatoria. De golpe, el Barça se ha visto con dos goles de ventaja, el calor de un público enloquecido y con todo a favor para pasar a semifinales.
El PSG se ha continuado acercando. Mbappé ha podido concretar dos acciones de peligro entre los tres palos, pero Marc-André ter Stegen, muy atento, ha impedido el gol con dos manos salvadoras. El Barça ha querido tener más dominio de la pelota y parecía que todo iba bien… hasta que ha llegado el cataclismo. En una salida desde campo propio, Ronald Araujo se ha puesto nervioso, ha regalado la pelota al rival, Bradley Barcola ha encarado portería y el mismo central uruguayo le ha hecho caer con falta. El árbitro no ha visto penal, pero sí que ha expulsado a Araujo, puesto que Barcola era el último jugador y estaba en una ocasión clara de gol.
El Barça ha quedado del todo desmontado después de la roja a Araujo. Xavi ha hecho entrar a Iñigo Martínez en el lugar de Lamine Yamal para intentar ocupar el lugar que ha dejado libre el uruguayo, pero, en cualquier caso, los azulgranas han quedado muy descompensados en defensa. De este modo, no ha tardado en llegar el gol del empate. Barcola, que ha hecho mucho daño, ha servido un pase para Ousmane Dembélé y el exculer, nuevamente, ha vuelto a marcar contra su exequipo. El Barça ha resistido cómo ha podido hasta la media parte con este marcador: un empate que suponía estar un gol por encima en la eliminatoria, pero con un jugador menos y cuarenta y cinco minutos por delante.
Xavi tenía una misión muy difícil en el descanso: rehacer el equipo, tanto tácticamente, como mentalmente. La misión ha resultado ser imposible. El equipo ha salido del todo deshecho. Cediendo todo el protagonismo al PSG sin ofrecer nada en ataque. Cerrado en defensa, pero sin contundencia. De este modo, las ocasiones de los franceses han empezado a llegar por tierra, mar y aire. No han tenido que pasar ni diez minutos de la segunda parte para que el PSG empatara la eliminatoria. En la salida de un córner, Vitinha, absolutamente solo en la frontal del área, ha chutado sin oposición y la pelota ha entrado al fondo de la red.
El Barça, en vez de sacar amor propio en medio de una situación tan límite, se ha ido deshaciendo todavía más. Ya estaba instalada la mentalidad de Anfield, Roma o Lisboa, con la agravante de que esta vez era en casa, y el PSG ha continuado penetrando entre las líneas azulgranas como un cuchillo en mantequilla. En una jugada de ataque, Dembélé, sin estar en una posición de peligro, ha driblado a Joao Cancelo. El portugués, incomprensiblemente, le ha hecho una falta dentro del área y el árbitro lo ha tenido clarísimo: penalti. Mbappé, que todavía no había aparecido en toda la eliminatoria, lo ha transformado con un buen disparo. Xavi, poco después, se ha marchado expulsado por protestar.
Los culés ya estaban eliminados y, más allá de un intento tímido de Gündogan que ha salido junto al palo, el PSG ha continuado atacando cómo ha querido. Eso sí, Lewandowski ha tenido una ocasión clarísima cuando ya se ha superado el minuto sesenta, con un gran disparo que ha parado Donnarumma. Raphinha también lo ha intentado con un disparo cruzado que se ha marchado frotando el palo. Poca cosa más, sin embargo, de un Barça que ya estaba sentenciado, que se ha visto del todo cambiado por un grave error de Araujo, que no se ha podido rehacer y que ha vuelto a sumar una noche trágica y negra en Europa en la temporada donde parecía que esto ya era historia. Antes de acabar, para rematarlo, Mbappé ha hecho el cuarto en una jugada de despropósitos que el Barça no ha sabido defender. La metáfora perfecta para resumir este duelo desastroso.
