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El Barça de Xavi recibe los primeros pitos en Montjuïc

El Fútbol Club Barcelona ha reaccionado a tiempo ante el Alavés (2-1) y ha conseguido llevarse los tres puntos en el último partido antes del parón por selecciones. Samu Omorodion, delantero visitante, ha marcado los 18 segundos de partido y ha puesto el miedo en el cuerpo al Barça. A partir de ahí, pitos de la grada tanto después de que se adelantaran los visitantes como al descanso. En la segunda mitad, el Barça salió más enchufado y Lewandowski señaló el camino hacia una nueva remontada mediante un golazo de cabeza y transformando un penalti.

Así pues, después de una pobre primera parte, los culés han llegado a tiempo y han sumado tres puntos de oro en el Estadi Olímpic Lluís Companys. Todo ello en un partido marcado por los momentos de tensión y descontento por parte de los aficionados azulgranas. El partido llegaba con el equipo en entredicho después de las últimas malas actuaciones. Y no podía empezar peor debido a la acción de Samu Omorodion, que anotó nada más empezar el partido y colocó al Alavés en ventaja. A partir de aquí, pitidos.

La frustración de los culés se ha hecho evidente con los silbidos que resonaban en las gradas de Montjuïc. Esta reacción del público ha obligado al técnico Xavi Hernández a remover las cosas: ha realizado un cambio táctico, enviando a Koundé al lateral y Araujo al eje de la defensa para intentar cambiar la dinámica del partido. El central francés ha sufrido mucho en las transiciones ofensivas de Samu Omorodion.

Pitos tras el gol y al descanso

Al llegar al descanso, los pitidos del público de Montjuïc han vuelto a reflejar claramente el descontento con el rendimiento del Barça hasta entonces. El panorama parecía complicado para los de Xavi y los aficionados no ocultaban su decepción. Sin embargo, en la segunda mitad han rematado y han conseguido darle la vuelta al marcador mediante un doblete de Lewandowski.

A partir de ahí, la transformación de los silbidos en aplausos ha sido casi mágica, gracias al tesón local. La decepción y frustración se han convertido en esperanza y determinación. Sin ser una exhibición de fútbol, gracias a la actitud de los azulgranas, el Barça ha podido remontar un partido que en el descanso se había puesto realmente complicado. Finalmente, aguantaron el resultado y sumaron tres puntos para no despegarse de la lucha por la Liga.



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