El FC Barcelona no pudo pasar del empate (2-2) contra el Celta de Vigo en un partido marcado por la falta de concentración en los minutos finales. Tras una primera parte ajustada y con polémica arbitral, el Barça parecía tener el control del partido con dos goles de ventaja, pero la expulsión de Marc Casadó en el minuto 80 abrió la puerta a la remontada de los gallegos. El entrenador blaugrana, Hansi Flick, estalló al terminar el partido: “No han sido solo 10 minutos, hemos hecho un muy mal partido”.
El técnico alemán, visiblemente contrariado, no dudó en poner el foco en la falta de consistencia de su equipo a lo largo de los 90 minutos: “Hemos cometido muchos errores, malos pases y malas decisiones. Esto no puede volver a pasar”. Jules Koundé, protagonista en el primer gol del Celta, asumió su error en Zona Mixta: “He tenido una desconexión imperdonable. Hemos dejado escapar dos puntos por errores nuestros”.
“No podemos seguir así”, advirtió Flick en el vestuario
La polémica también estuvo presente en Balaídos. Gerard Martín, titular en el lateral derecho, se salvó de la expulsión antes del descanso tras una entrada sobre Iago Aspas que hizo estallar a la afición local. El entrenador del Celta, Giráldez, consideró que “el VAR debería haber intervenido en una acción tan clara”. No obstante, Flick defendió su decisión de sustituir a Martín por Héctor Fort al descanso: “Los cambios no los hago por tarjetas, sino por rendimiento”.
Este resultado supone un nuevo revés para el Barça, que ha sumado solo un punto de los últimos seis posibles y ve cómo se complica la lucha por la parte alta de la clasificación. Con la Champions en el horizonte —el martes recibirán al Brest en el Lluís Companys—, Flick tiene claro que su equipo debe reaccionar: “Si hemos sido capaces de jugar como un equipo durante tres meses, lo podemos volver a hacer. Pero no toleraré más errores de este tipo”. El vestuario, consciente de la situación, asumió en silencio las palabras del técnico. Ahora, el reto es recuperar la confianza y evitar que la pesadilla de Balaídos se repita en los próximos compromisos.
