Cinco años después, el FC Barcelona ha conseguido ganar una ida de Champions League y ha dado el primer paso para dejar atrás los fantasmas de las derrotas humillantes de los últimos años. Con la conquista del Parque de los Príncipes, Xavi ya respira algo mejor, a pesar de que en declaraciones en la sala de prensa después del partido ha querido dejar claro que todavía no se ha conseguido nada. Así, el técnico culé ha insistido en la idea de que todo ha quedado pendiente para el partido de vuelta en el estadio Lluís Companys el próximo martes. En juego, un billete para las semifinales de la Champions. Una competición en la cual los culés no tenían demasiada fe hasta este mismo miércoles, cuando el Barça ha dado un puñetazo a la mesa. Uno de los motivos clave para el renovado optimismo de los aficionados azulgranas ha sido la desaparición del actual mejor jugador del mundo, Kylian Mbappé, que ha sido el gran señalado del partido.
Todos los focos estaban puestos en él, la gran figura de París Saint Germain (PSG), pero siguiendo la tónica de estos cuartos en que los mejores jugadores han pasado desapercibidos, el francés ha hecho un muy mal partido. Incluso Ter Stegen, el portero del Barça, ha tocado más veces la pelota que el delantero francés, que ha sido totalmente anulado por Jules Koundé con la ayuda de un excelso Ronald Araújo, que salvó un gol con una intervención magistral.

Un cambio de posición infructuoso
A la segunda parte, con la intención de tocar más pelota, Mbappé cambió de posición, pero ni siquiera así consiguió ser decisivo en el partido. El más que probable futuro jugador del Real Madrid tuvo que ver como eran sus compañeros Ousmane Dembélé -que celebró el gol de manera muy efusiva a pesar de su pasado azulgrana- y Vitinha quienes remontaban momentáneamente el partido para el PSG. Después llegó la reacción del Barça y Mbappé continuó siendo inofensivo hasta el silbato final. Habrá que esperar, pero, que continúe bloqueado por la defensa azulgrana en Montjuic y no deshaga con un esprint las ilusiones que los culés acaben apenas de recuperar.