Parece increíble que el mismo Barça que hace apenas una semana fue atropellado por el Chelsea en la UEFA Champions League, haya hecho el partidazo de este martes en el Spotify Camp Nou contra el Atlético de Madrid. El Fútbol Club Barcelona ha conseguido por fin ganar a uno de los grandes de Europa esta temporada, en un duelo muy serio que ha recordado más que nunca a la mejor versión del equipo de Hansi Flick que el curso pasado maravilló al mundo del fútbol. Aunque el Barça fue muy superior al conjunto colchonero, la falta de efectividad mantuvo la emoción hasta el final, si bien los blaugranas acabaron imponiéndose con justicia (3-1). Los de Flick se afianzan en la cima de la Liga, con cuatro puntos de ventaja sobre el Real Madrid, que aún debe jugar, y seis más que el Atlético.
La crónica del Barça-Atlético (3-1)
El Barça salió de inicio con Pedri González y Raphinha, ya recuperados al 100%, lo que se notó considerablemente. Con el proceso febril de Frenkie de Jong, Eric Garcia jugó en su lugar en el centro del campo y Gerard Martín actuó como central. Sea como sea, el conjunto blaugrana saltó al césped con una motivación máxima, con la voluntad de controlar el balón y, por tanto, el partido, y de hacer una buena presión, con concentración, para recuperar rápidamente la posesión y evitar que el partido se convirtiera en un ida y vuelta, donde el Barça sufre mucho, como por ejemplo en el día del Chelsea.
Aunque el Barça tuvo el partido donde quiso desde el primer minuto, le costó generar oportunidades de gol en el tramo inicial. Raphinha lo intentó con un disparo lejano que se fue por encima de la portería de Jan Oblak en el minuto ocho. Más allá de eso, nada de nada. Y el Atlético, por su parte, buscó una y otra vez la espalda de la defensa del Barça, uno de los puntos más débiles del conjunto culé. Si bien el Barça se protegió bastante bien en repetidas ocasiones, no pudo hacer nada en un pase al espacio fantástico de Nahuel Molina hacia Álex Baena, que el delantero andaluz definió a la perfección. El gol, primero anulado por fuera de juego, fue revisado en el VAR y subió al marcador.
El Camp Nou quedó bastante tocado por este primer golpe, pero el Barça, que sabía qué debía hacer para levantar el partido, insistió aún más en la misma idea y se fue acercando cada vez más a la portería de Oblak. Tanto es así, que no pasaron ni diez minutos para que Pedri, en el enésimo desmarque de Raphinha, le diera un pase perfecto al espacio. El brasileño dribló a Oblak y marcó a placer. De esta manera, el Barça corrigió rápidamente la situación y empató el partido de inmediato.
De hecho, el Barça continuó atacando con la misma insistencia y estuvo a punto de recoger los frutos del trabajo bien hecho. Dani Olmo, que fue creciendo durante el partido, forzó un penalti que parecía que debía ser el gol de la remontada del conjunto blaugrana en el minuto 35. Robert Lewandowski, sin embargo, envió a las nubes el lanzamiento desde los once metros. Poco después, el polaco estuvo a punto de hacerse perdonar con un remate de cabeza a quemarropa que todos ya celebraban, pero Oblak lo impidió con una parada espectacular. El Atlético, por su parte, solo tuvo una más, en un nuevo pase al espacio para Baena, que Joan Garcia cortó con una gran salida. Se llegó al descanso con el 1-1 en el marcador, con la sensación de que el Barça merecía más, pero que estaba en el buen camino.

En la reanudación, la dinámica del Barça fue exactamente la misma. Cuando las cosas funcionan, siguiendo una idea que sabes que es fiable, lo mejor es no tocar nada, y eso hizo Flick. De esta manera, solo era cuestión de tiempo que comenzaran a llegar las oportunidades. Sin prisa, el Barça fue madurando las jugadas y cada vez se acercó más a la portería de Oblak. En el minuto 53, Raphinha recibió un pase perfecto de Lamine Yamal en el interior del área. Aunque estaba solo, el brasileño tenía poco ángulo y envió su remate fuera. El Atlético contestó con una llegada aislada pero clara. Giulano Simeone perdonó con un remate horrible. El Barça, poco después, volvió a rozar el gol con un pase de la muerte de Raphinha en el que Lewandowski no llegó por poco.
Poco a poco, el Barça acabó obteniendo la recompensa tan merecida. Fue en el minuto 65, después de una jugada colectiva preciosa del conjunto blaugrana. Después de marear a toda la defensa del Atlético por todo el campo, con Pedri como director de operaciones, Dani Olmo aprovechó el último pase de Lewandowski para plantarse solo ante Oblak y, esta vez sí, enviar el balón al fondo de la red con un remate ajustado imposible de detener. En la misma acción, Olmo se dislocó el hombro, pero ya había hecho los deberes y se marchó sustituido. El Camp Nou estalló.
A partir de aquí, el partido se convirtió en lo siguiente: el Barça intentando controlar y calmar el juego frente a un Atlético que mordía con mucha fuerza. Así, hubo oportunidades para ambos equipos y podía pasar cualquier cosa, o bien la sentencia blaugrana, o bien el empate colchonero. Lamine Yamal estuvo a punto de marcar tras un regalo de la defensa madrileña, pero su disparo se fue rozando el palo. Después, Pedri asustó a los culés dejándose caer al suelo, pero simplemente pidió el cambio por cansancio. Y, unos minutos más tarde, Thiago Almada puso aún más el corazón en un puño en el Camp Nou con una jugada individual que no entró de milagro, después de driblar defensa y portero y enviar el balón fuera.
En la recta final del duelo, la sensación era que podía salir cara o cruz hacia cualquiera de los dos lados. La imposibilidad de sentenciar el partido por parte de los blaugranas mantuvo la tensión en el Camp Nou hasta el final. Antoine Griezmann, recordando quizás su etapa como culé, falló una ocasión clarísima. Mientras tanto, Oblak también se hizo gigante para impedir un gol de Marcus Rashford, que entró muy bien en la recta final. Después de mucho sufrimiento, y cuando ya se acercaba el silbato del árbitro, el Barça marcó el gol de la tranquilidad con un pase de la muerte de Balde que Ferran Torres no perdonó. El equipo de Flick se reivindicó, en gran parte gracias al regreso de Raphinha, Pedri y Joan Garcia, y puede convertirse en un conjunto imparable si mantiene esta línea.


