El Fútbol Club Barcelona ha demostrado, una vez más, que este equipo no se hunde ni en las situaciones más adversas. El conjunto blaugrana ha empatado en la ida de las semifinales de la UEFA Champions League contra el Inter de Milán en un partido que se puso de cara para los italianos en hasta dos ocasiones, pero una vez más, el elenco comandado por Hansi Flick ha manifestado que sabe levantarse en las peores situaciones posibles. Si ya lo hizo en la final de Copa contra el Real Madrid, después de que los blancos remontaran el marcador, este miércoles lo ha hecho el Barça contra los milaneses, evitando que la eliminatoria se complicara, y mucho, desde la ida.
El Barça demuestra que sabe levantarse cuando todo está en contra
El golpe que ha recibido el Barça ha sido importante desde el silbato inicial, teniendo en cuenta que el Inter se adelantó cuando no se había disputado aún ni un minuto de juego a partir de un golazo de tacón de Marcus Thuram, uno de los jugadores que habían sido duda hasta última hora por problemas físicos. La situación se complicó aún más cuando 20 minutos después, Denzel Dumfries, con un remate acrobático, subió el 0-2 en contra en el Estadio Olímpico Lluís Companys. Aunque se temía lo peor, el equipo blaugrana ha demostrado su carácter, su orgullo, y ha podido empatar el electrónico antes de que acabara la primera parte. Gracias, en primer lugar, a un Lamine Yamal mágico, épico, increíble y todos los adjetivos posibles. Un golazo tras una jugada individual solo digna de los mejores del mundo puso el primero y espoleó al elenco culé y al público, que estalló de alegría con el segundo de Ferran Torres.

En la segunda parte se vivió una situación similar, ya que Dumfries, uno de los futbolistas que más quebraderos de cabeza dio a la defensa blaugrana, volvió a adelantar a los italianos con un cabezazo a la salida de un córner. Lejos de bajar la cabeza, el Barça volvió a espolearse y un minuto después, Raphinha volvió a poner las tablas en el luminoso con un gran disparo desde la frontal. Y cuando parecía que el Inter se animaba y podía acabar el enfrentamiento con más físico y más oportunidades, el equipo de Flick volvió a demostrar que no se puede hundir nunca y acabó el duelo buscando el cuarto, intentando llegar al Giuseppe Meazza con ventaja en la eliminatoria, y aunque no fue posible, el Barça dejó claro que no se rendirá en Milán para intentar llegar a la final de la Champions.


