El Fútbol Club Barcelona y el París Saint-Germain (PSG) no han defraudado las expectativas puestas en un partido entre dos de los mejores equipos del mundo en este momento. El resultado, sin embargo, ha sido muy cruel para el Barça. Después de comenzar el duelo con un dominio abrumador, los azulgranas se adelantaron en el marcador gracias a un gol de Ferran Torres. El PSG, sin embargo, también demostró su fuerza y empató antes del descanso. En la segunda parte, menos vibrante, cualquiera de los dos conjuntos podría haber marcado el gol de la victoria. Los franceses, sin embargo, llegaron al tramo final con mucha más energía y, en el último minuto, marcaron el gol definitivo. De esta manera, el Barça se queda con solo tres puntos tras la segunda jornada de la fase de liga de la UEFA Champions League.
La crónica del Barça-PSG (1-2)
Aunque había bajas importantes en ambos equipos, nada impidió que el partido estuviera teñido por el color de las grandes noches de fútbol desde el primer minuto. Sin Ousmane Dembélé en el lado parisino, todas las miradas estaban puestas sobre Lamine Yamal, a quien Flick había dado un toque de atención en la previa y le había pedido más trabajo. El delantero catalán le hizo caso y se mostró muy concentrado en todo momento. Lo que mejor hizo, sin embargo, como siempre, fue desbordar por la banda. Ya en el primer balón que tocó, se deshizo de varios jugadores del PSG con recursos de genio, con una ruleta incluida.
La consigna del Barça era clara: con el talento de jugadores como Pedri González, Dani Olmo, Frenkie de Jong y, sobre todo, Lamine Yamal, había que buscar la espalda de la defensa francesa, con los desmarques constantes de Marcus Rashford y Ferran Torres. Además, la defensa azulgrana también estaba muy concentrada para detener los ataques rápidos y peligrosos de los de Luis Enrique. El Barça se veía dominador del partido, pero faltaban las ocasiones de gol. La primera tardó en llegar, pero fue clarísima. Lamine Yamal, con un pase exterior sensacional, dejó a Ferran Torres solo frente a Lucas Chevalier. El valenciano dribló al portero, pero, cuando el balón ya estaba entrando, apareció la defensa parisina para evitar el gol.
El Barça, sin embargo, no se rindió y continuó atacando de la misma manera. Los azulgranas estaban haciendo mucho daño a la espalda y el PSG no encontraba la manera de defenderse. Así, a fuerza de insistir e insistir, los culés obtuvieron la recompensa. Ataque vertical, pase de Pedri para Rashford, abierto a la banda, y este, en lugar de chutar, levantó la cabeza y, con sangre fría, hizo el pase de la muerte para Ferran Torres. El tiburón no perdonó. Ñam. Primera mordida.
El PSG quedó aturdido tras el gol. Acostumbrados a recibir todos los elogios del mundo del fútbol, los jugadores parisinos no veían venir los ataques de un equipo que puede competir contra ellos de tú a tú -y qué lástima no haberlo podido ver en la pasada final de la Champions-. El Barça mantuvo el mismo nivel y rozó el segundo gol, con un remate de Dani Olmo que se fue rozando el palo tras rebotar en un jugador del PSG. Los de Luis Enrique intentaban reaccionar como podían. En una falta aislada, tuvieron la ocasión más clara, pero Wojciech Szczesny hizo un salto espectacular para detener el lanzamiento de Achraf Hakimi.
Con el paso de los minutos, el Barça fue frenando el ritmo tan alto. El PSG lo aprovechó para recomponerse y fue entonces cuando emergió un nombre con el que muchos culés soñarán esta noche: Nuno Mendes. El joven lateral portugués, con una proyección ofensiva descomunal, comenzó a hacer de las suyas desde la banda izquierda y empezó a generar llegadas de peligro. Gracias a él, el PSG tuvo las primeras ocasiones de gol. Tras rondar la portería azulgrana varias veces, un contraataque rápido lanzado por el mismo Mendes acabó con un uno contra uno de Senny Mayulu con Szczesny, que el delantero francés resolvió a la perfección.
El partido volvió a la casilla de salida. El Barça había tenido más minutos de dominio, pero el PSG también exhibió un poder ofensivo muy difícil de detener. De hecho, tras el gol aún hubo alguna ocasión más de los franceses y los azulgranas evitaron el segundo gol con penas y trabajos. Antes del descanso, sin embargo, el Barça podría haber hecho también el segundo, gracias a una llegada muy peligrosa de Rashford por la banda, que terminó con un centro tenso y peligroso. Ningún delantero azulgrana pudo rematarlo, pero, en caso de hacerlo, el balón habría entrado al fondo de la red. Después de 45 minutos, se llegó al descanso con la sensación de estar viviendo un gran partido de fútbol y que podía pasar cualquier cosa en la segunda mitad.

La segunda parte comenzó de mala manera para los azulgranas. El PSG supo imponer su ritmo durante los primeros minutos y, si bien no hubo ninguna ocasión clarísima de gol, la sensación de peligro era constante. Mención especial para la defensa del Barça, sobre todo Eric Garcia, que hizo un auténtico recital de rechazar balones para impedir el segundo de los franceses. El partido tuvo varias fases y, tras el dominio parisino, volvieron los ataques azulgranas. Rashford fue quien se encargó de acelerar el juego del Barça. Fue un auténtico partidazo del delantero inglés.
Con el Barça instalado en el campo del PSG, en el minuto 60, llegó la acción más polémica, cuando Nuno Mendes hizo una dura entrada sobre Lamine Yamal que podría haber significado perfectamente la segunda tarjeta amarilla -ya había visto una en la primera mitad para detener al delantero catalán-, pero el árbitro Michael Oliver se la perdonó. Justo después de eso, llegó también la ocasión más clara para el Barça, con un disparo de Dani Olmo con toda la portería a favor que rechazó Achraf Hakimi bajo palos con una intervención casi milagrosa.
Los culés habían recuperado el control, pero se les acababan las ideas. Por eso, Flick introdujo tres cambios de golpe: Robert Lewandowski, Marc Casadó y Alejandro Balde, que volvía de lesión. Poco tiempo después, entró Marc Bernal en lugar de un Pedri exhausto, que lo había dado todo. Al técnico alemán no le tembló el pulso a la hora de jugársela con perfiles poco experimentados pero muy talentosos para afrontar el final de un partido tan duro, pero esta vez la apuesta no le salió bien. Bernal y Casadó entraron muy flojos y el PSG lo aprovechó para hacer mucho daño. Tras muchas llegadas peligrosas, Gonçalo Ramos acabó culminando un contraataque en el minuto 90 que dejó helado el Estadio Olímpico Lluís Companys de Montjuïc.