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El fútbol del Barça supera la intoxicación madridista

El fútbol ha ganado en Sevilla y el Barça se ha proclamado campeón de Copa, a pesar de un controvertido arbitraje de De Burgos Bengoetxea y un juego muy duro del Real Madrid. Los de Hansi Flick se han llevado con total justicia un partido trepidante y épico gracias a un gol de Jules Koundé en el minuto 116 de la prórroga.

El fútbol reina en Sevilla

La primera parte fue un auténtico monólogo del Barça. El conjunto blaugrana dominó e hizo lo que quiso con un Madrid que se dedicó a coser a los jugadores culés sin castigo por parte de De Burgos Bengoetxea. Gracias a un auténtico golazo de Pedri, el Barça logró irse al descanso con ventaja en el marcador.

La segunda parte fue muy diferente. El Madrid continuó con su intención de detener el juego del Barça a base de faltas, pero también reaccionó y mostró su mejor versión ofensiva, remontando el marcador a través de Mbappé y Tchouaméni. En cualquier otra temporada, la remontada del Madrid habría hundido al Barça, pero el equipo de Hansi Flick tiene más vidas que un gato y pudo forzar la prórroga con un gol de Ferran.

La actuación arbitral dejó mucho que desear. Un De Burgos Bengoetxea muy permisivo durante todo el partido pitó penal a favor del Barça en el último minuto por una acción entre Raphinha y Asencio. González Fuertes, desde el VAR, llamó al árbitro del partido para que viera la jugada, anulando el penal y mostrando la tarjeta amarilla a Raphinha por simulación. La acción en cuestión está bien arbitrada, pero previamente hubo un penal clamoroso de Rudiger sobre Ferran que ni De Burgos Bengoetxea ni González Fuertes quisieron ver. Finalmente, Kounde hizo justicia y el Barça conquistó la Copa a pesar de la intoxicación madridista y la actuación arbitral.



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