Hansi Flick había advertido. Los jugadores habían avisado. Incluso Joan Laporta había advertido: la clasificación para las semifinales aún no estaba certificada. Y es que el Fútbol Club Barcelona ha tenido momentos de muchísimo sufrimiento contra el Borussia Dortmund en la vuelta de los cuartos de final en el Westfalenstadion. A pesar del 4-0 de la ida, los alemanes han tenido momentos de creer firmemente en la remontada frente a un Barça que ha ofrecido una imagen muy preocupante en varios tramos del partido. Afortunadamente, el Dortmund se ha quedado a medias y, aunque tiene el honor de ser el primer equipo que gana al Barça en este 2025 (3-1), el conjunto azulgrana ya puede decir bien alto que ha vuelto a las semifinales de la Champions seis años después. El rival será el Inter de Milán o el Bayern de Múnich.
La crónica del Borussia Dortmund-Barça (3-1)
Flick ha sorprendido a todos cuando dejó a Pedri González en el banquillo. La brújula del equipo de esta temporada ha sido una de las rotaciones, al igual que Iñigo Martínez. Puede que los jugadores hayan leído esto como un mensaje de que la eliminatoria ya estaba resuelta. También pueden haber sido los nervios o la presión del estadio. Sea como sea, a todos los culés se les han vuelto a aparecer los fantasmas de las derrotas trágicas en Europa de los últimos años cuando vieron que la puesta en escena del Barça era un auténtico desastre.
El Dortmund ha asediado la portería de Szczesny en un primer cuarto de hora de infierno para el Barça y sus aficionados. Los alemanes tuvieron muchísimas ocasiones para adelantarse en el marcador y, de hecho, lo lograron antes del minuto diez con un gol de penal. Szczesny se equivocó en la salida, cometió una falta clara en el interior del área y Serhou Guirassy no perdonó desde los once metros. El Barça no pudo recuperarse tras el gol y el Dortmund amenazó con una nueva remontada histórica contra los culés cuando Pascal Gross marcó el segundo. Afortunadamente, el gol fue invalidado por fuera de juego.
A partir de aquí, el Barça consiguió frenar un poco la sangría cuando controló el balón con un poco más de criterio. Además, el Dortmund también rebajó el ímpetu inicial y, aunque los azulgranas continuaron muy imprecisos y con errores impropios de esta temporada, las cosas se fueron calmando mientras avanzaba la primera mitad. De hecho, el Barça también tuvo alguna oportunidad para empatar, pero un Raphinha desastroso en ataque desperdició dos llegadas muy claras que podrían haber significado el gol de los culés.
Hacia la recta final de la primera mitad, hubo dos oportunidades muy claras para cada equipo. Por un lado, Karim Adeyemi obligó a Szczesny a hacer una parada de mérito en una jugada donde lo tenía todo a favor para marcar. Pero más clara aún fue una pelota centrada al área que Jules Kounde no supo rematar de manera incomprensible, ya que incluso tuvo tiempo de controlarla. De esta manera, se llegó al descanso, con el resultado como la mejor noticia para un Barça totalmente irreconocible.

Flick debió intentar hacer reaccionar a sus jugadores en el descanso, pero, dijera lo que dijera, no funcionó. El Dortmund volvió a lanzarse al ataque como al inicio del partido y se encontró de nuevo con un Barça perdido y descolocado, fruto de los nervios. De esta manera, Szczesny tuvo que intervenir con una doble parada descomunal para evitar el segundo de los alemanes. Sin embargo, justo después, a la salida de un córner, el portero polaco ya no pudo hacer más milagros. La pelota quedó colgada y muerta en el interior del área y Guirassy marcó de cabeza a placer el segundo gol de los alemanes.
El Westfalenstadion estalló de tal manera que parecía que el muro amarillo iba a caer. Aquí sí que los culés comenzaron a temer lo peor, pero en el Barça de Flick casi no queda ningún jugador de las tragedias de Roma, Anfield o Lisboa y eso se notó. Aunque los futbolistas estaban nerviosos y perdidos, no desfallecieron y continuaron atacando. Fue entonces cuando Kounde, en la primera buena decisión que tomó en el partido, filtró un pase sensacional para Fermín. El centrocampista andaluz puso un centro tenso al área y Rami Bensebaini, al intentar rechazarla, la introdujo en el fondo de la portería. Cuando peor pintaban las cosas para el Barça, un gol en propia puerta calmó muchísimo la situación.
Para terminar de rebajar las revoluciones del duelo, Flick dio entrada a Pedri. Y con el canario cambió todo. Desde que puso un pie sobre el terreno de juego, sus compañeros comenzaron a buscarlo y él devolvió el carácter al equipo. Movió el balón como solo él sabe hacer, calmó el juego y lo aceleró cuando fue necesario y mejoró el juego de todo el conjunto azulgrana y de todos sus compañeros. El cóctel del gol afortunado en propia puerta del Dortmund y la entrada de Pedri cambió la situación y el Westfalenstadion quedó silenciado.
El Barça no solo pasó a controlar el partido, sino que comenzó a tener oportunidades claras de gol tras jugadas bien trabajadas. Fermín pudo empatar el duelo con un tiro desde la frontal del área en una posición inmejorable, pero envió el balón a las nubes. Pocos minutos después, Raphinha fue demasiado egoísta e intentó definir él una jugada donde pudo haber dado el pase de la muerte a Ferran Torres, que acababa de entrar al terreno de juego.
El partido avanzaba hacia el final y el Dortmund ya había bajado los brazos. Aun así, este enfrentamiento aún guardaba una pequeña sorpresa. En una jugada casi intrascendente, Ronald Araujo cometió un error gravísimo intentando rechazar el balón y regaló el tercer gol a Guirassy, que de esta manera se adjudicó un hat-trick. Cuando los alemanes ya lo daban absolutamente por perdido, Araujo los volvió a meter en la eliminatoria y volvieron a creer.
A partir de aquí, el Barça ya no pudo controlar el balón con la misma tranquilidad de los minutos anteriores, ya que el Dortmund presionó mucho más. Aun así, los culés supieron cerrarse en defensa y pudieron ir rechazando las llegadas de los alemanes hasta que el árbitro pitó el final del partido. La imagen de los azulgranas en Dortmund fue preocupante en muchos momentos del duelo, pero terminaron haciendo buena la gran actuación de la ida y, de esta manera, se clasificaron de una vez por todas para las semifinales de la Champions, algo que no sucedía desde 2019. El Barça debe aprender muchas cosas de esta derrota, pero lo más importante es que el objetivo se ha cumplido y los culés están a solo dos partidos de la final de la Liga de Campeones.




