El partido de UEFA Champions League entre el Futbol Club Barcelona y el Eintracht de Frankfurt de este martes solo lo habrían firmado los mejores guionistas -y los más culés-. El día que la competición europea regresaba al renovado Spotify Camp Nou, venía un rival de infausto recuerdo. El conjunto alemán que invadió las gradas culés hace tres años ha vuelto a poner el miedo en el cuerpo a los azulgranas con un gol inicial nada merecido. El Barça, sin embargo, ha remontado gracias a un protagonista inesperado: Jules Kounde. Con un doblete, el francés ha dado la vuelta al marcador y ha dado la victoria a los catalanes (2-1), que suman tres puntos importantes para luchar por quedar entre los ocho primeros clasificados de la fase de liga de la Champions. Ha sido la venganza perfecta.
La crónica del Barça-Eintracht (2-1)
A diferencia de lo que pasó hace tres años, el Barça ha conseguido frenar la invasión alemana y, de esta manera, el club ha ganado la partida al Eintracht en la previa. Aunque los aficionados del Frankfurt se han querido infiltrar entre los seguidores culés con camisetas azulgranas e incluso han intentado hacerse socios para comprar entradas, todas las restricciones que ha puesto el Barça para detener la reventa han funcionado de maravilla. Así, el estadio estaba lleno de barcelonistas y solo había los aficionados rivales que la UEFA obliga a dejar entrar en una zona restringida. El Camp Nou ha sido claramente azulgrana esta noche.
En cuanto al terreno deportivo, mensaje importante de Hansi Flick en su alineación. El técnico alemán ha dejado a Frenkie de Jong en el banquillo y ha apostado por Eric Garcia en el centro del campo y Gerard Martín en el eje de la defensa, una fórmula que está funcionando de maravilla. En ataque, Robert Lewandowski le ha ganado el puesto a Ferran Torres. En cuanto al resto de jugadores, once de gala. Con estos futbolistas, el Barça ha saltado al césped con la misma dinámica que los últimos partidos y ha sometido al Eintracht desde el primer minuto. Aunque le ha costado generar ocasiones de gol -más allá de un gol anulado a Lewandowski por fuera de juego-, la sensación era que el primero era cuestión de tiempo.
El Eintracht, por su parte, estaba completamente cerrado en defensa. Sin proponer absolutamente nada en ataque, sin embargo, los alemanes han sacado petróleo. En un contraataque mal defendido por Alejandro Balde, Ansgar Knauff ha batido a Joan Garcia. La sorpresa en el Camp Nou ha sido mayúscula. Los seguidores del Eintracht encendieron bengalas y lanzaron objetos contra los del Barça. Los jugadores azulgranas quedaron tan sorprendidos que reaccionaron de la peor manera posible: con prisa y ganas de remontar demasiado rápidamente.
La precipitación se apoderó del Barça y lo único que trajo fueron jugadas mal construidas con una única ocasión de gol de Fermín López que la defensa alemana rechazó. De esta manera, se llegó al descanso con los jugadores desesperados y la sensación de que Flick tenía una tarea tan sencilla como complicada: pedir a sus futbolistas que hicieran exactamente lo mismo que habían hecho en los primeros momentos y que tuvieran paciencia, ya que, jugando como estaban jugando, el gol solo era cuestión de tiempo.

Hansi Flick es un gran entrenador. Lo ha demostrado en muchísimas ocasiones y este martes no ha sido una excepción. ¿Por qué? Pues porque ha conseguido que su equipo convirtiera toda la frustración de la primera parte en ganas de venganza y de demostrar que merecía la victoria. Aunque el Eintracht fue capaz de llegar al área del Barça con peligro en alguna ocasión, los culés continuaron dominando la pelota con claridad, pero esta vez con mucha más claridad de cara a la portería rival.
Otra de las claves de la segunda parte del Barça fue la entrada de Marcus Rashford en lugar de Fermín, que, nuevamente, volvió a estar muy concentrado y generoso. De sus botas, en el minuto 50, salió un centro maravilloso con rosca que cayó con nieve en la cabeza de Jules Kounde, que solo tuvo que empujar el balón al fondo de la red. En la primera parte, el francés había generado dudas por algunas distracciones marca de la casa. En la segunda, se convirtió en el héroe del barcelonismo. Y es que, justo después de empatar el partido, lo remontó. A la salida de un córner, pescó un centro muy bombeado de Lamine Yamal y, con un remate espectacular, batió a Michael Zetterer por su palo largo.
El Camp Nou estalló. La falta de educación -a menudo violenta- de la afición del Eintracht estaba sacando de quicio a los culés, que les pudieron dedicar el segundo gol de Kounde. La reacción de los alemanes fue lanzar una bengala hacia la zona de los azulgranas, si bien afortunadamente salió desviada. Nuevamente, espectáculo lamentable de una de las peores aficiones de Europa, que en esta ocasión, sin embargo, quedó silenciada en el Camp Nou.
Después del gol, el Barça detuvo la furia, pero no la insistencia de cara a la portería del Eintracht. Los culés tuvieron más de una ocasión para ampliar distancias, pero la falta de puntería hizo que el marcador no se moviera, lo que conllevó unos últimos minutos de nervios. Sin embargo, final feliz para el barcelonismo, que pudo vengarse de los alemanes. El Barça terminará la jornada a solo dos puntos del octavo clasificado y debe ganar los próximos dos partidos de la Champions si quiere intentar clasificarse directamente para los octavos de final.


