El Fútbol Club Barcelona ha cerrado el año 2024 de la peor manera posible: con una derrota injustísima y muy cruel, como pocas veces se han visto en este deporte. El Atlético de Madrid ha ganado en el Estadio Olímpico Lluís Companys con un gol en el último minuto en un partido donde el Barça ha sido infinitamente superior y no ha marcado cuatro o cinco goles de manera incomprensible (1-2). De esta manera, los blaugranas suman solo cinco puntos en los últimos siete partidos en la Liga y acumulan hasta tres duelos consecutivos perdiendo en casa, algo que hacía muchos años que no le pasaba al conjunto culé. El Atlético de Madrid y el Real Madrid pueden escaparse a mucha distancia de los blaugranas si ganan sus partidos pendientes y el Barça terminará la primera vuelta en una mala situación en la clasificación, cuando la había liderado con mano de hierro.
La crónica del Barça-Atlético de Madrid (1-2)
Que el Barça haría un partido diferente de la derrota contra el Leganés en el mismo estadio hace menos de una semana quedó claro desde el primer minuto. La puesta en escena de los blaugranas fue excelente, con una intensidad y una concentración totales, como ha hecho el equipo en todos los duelos contra grandes rivales. Pedri fue un dolor de cabeza constante para los jugadores del Atlético en todo momento. El Barça abrió el campo con Fermín López y Raphinha y el canario tuvo mucho espacio en la zona próxima al área rival. Con esta buena disposición, los culés contaron enseguida con dos ocasiones de Raphinha, un remate de cabeza defectuoso y un tiro muy peligroso que rechazó Conor Gallagher de manera providencial.
Para el Atlético de Madrid fue imposible crear peligro a la portería de Iñaki Peña. En las poquísimas veces que los colchoneros intentaron desplegarse en contraataque, Pau Cubarsí e Iñigo Martínez fueron muy sólidos en defensa. Sobre todo el vasco, que secó con mucha contundencia las escasas llegadas de los madrileños. El Barça, mientras tanto, continuaba atacando. Gavi tuvo una ocasión clarísima con un remate de cabeza que pudo hacer casi solo tras un gran centro de Raphinha, pero la pelota se fue fuera. Pocos minutos después, el andaluz hizo una combinación sensacional con Pedri, el canario se plantó ante Oblak y le cruzó un remate imposible de detener para adelantar a los culés.
Así, el Barça consiguió un gol totalmente merecido. En ese momento, el Cholo Simeone, que vio que su planteamiento defensivo no le estaba funcionando nada, pidió cambios al equipo. El Atlético presionó más y limitó las capacidades ofensivas de los blaugranas. Si bien no hubo ninguna ocasión clara de los colchoneros, sí rondaron un poco más la portería de Iñaki Peña con algún centro, alguna falta relativamente peligrosa y algún córner. En cualquier caso, el Barça supo jugar también bajo estas condiciones, si bien no fue tan superior, y se fue al descanso con la ventaja mínima en el marcador.

Flick supo tocar las teclas adecuadas en el vestuario, aunque no estuviera presente por la sanción, porque el Barça salió perfectamente en la reanudación, saliendo sin problemas de la presión del Atlético y encontrando ocasiones muy claras gracias a la verticalidad y a los pases filtrados, con Pedri nuevamente como gran protagonista. Fermín tuvo un mano a mano descarado, pero cayó mientras remataba y Oblak pudo detener la pelota con mucha facilidad. Pedri continuó cocinando jugadas muy peligrosas del Barça. Lo intentó primero con un tiro con rosca que se fue por encima de la portería y, justo después, dio un pase al espacio increíble para Raphinha, el brasileño buscó una vaselina deliciosa, pero la pelota impactó contra el travesaño.
Parecía que el segundo del Barça era cuestión de tiempo, pero el fútbol es muy caprichoso y ocurrió todo lo contrario. En una de las únicas llegadas del Atlético del partido, Marc Casadó se equivocó en el rechazo, regaló la pelota a Rodrigo de Paul en la frontal del área y el argentino superó a Iñaki Peña con un tiro ajustado al palo. El gol de los colchoneros fue un golpe durísimo para el Barça, pero los blaugranas no se rindieron, al contrario. Los culés aprovecharon que el Atlético se volvió a cerrar en defensa para poner cerco a la portería madrileña. Raphinha lideró las ocasiones del Barça, primero con un centro muy peligroso que Lewandowski no pudo rematar incomprensiblemente y luego con un tiro con rosca que se envenenó y no entró de milagro.
El marcador era una injusticia absoluta para el Barça, pero, a pesar de la frustración que esto estaba suponiendo, los culés lo siguieron intentando sin parar. Iñaki Peña tuvo que hacer una parada providencial tras un error grave de Casadó. Después de eso, las ocasiones del Barça fueron ya de traca. Dani Olmo intentó colocar una pelota y se fue rozando el palo, Eric Garcia no pudo rematar una pelota muerta en el interior del área y Oblak fue providencial para detener un mano a mano de Raphinha y otro de Pedri. De manera totalmente injusta e incomprensible, el Barça no transformó ninguna de estas llegadas clarísimas y, cuando los culés estaban volcados al ataque en el tiempo añadido, un contraataque del Atlético terminó con el gol de la victoria de Sorloth. Ver para creer, solo el fútbol puede tener estas cosas.