No hay manera. La temporada del Fútbol Club Barcelona de Hansi Flick está siendo muy frustrante. El equipo culé pasa de hacer un partido increíble que maravilla a Europa, como esta semana fue la victoria en el campo del Borussia Dortmund, a perder contra un rival muy inferior. El Leganés ha asaltado el Estadio Olímpico Lluís Companys de Montjuïc en la Liga de manera totalmente sorprendente, gracias a un gol que llegó en los primeros minutos de juego (0-1). Aunque el Barça hizo méritos de sobra para remontar, sobre todo en la primera mitad, se le acabaron las ideas en la segunda mitad. Los madrileños, con una defensa muy bien plantada y pérdidas de tiempo constantes, han ganado su primer partido fuera de casa en esta Liga. Flick vio el duelo desde la grada por la expulsión que recibió contra el Betis. El Barça desaprovechó el empate del Real Madrid contra el Rayo Vallecano y, de hecho, los merengues le han recortado un punto a los culés esta jornada.
La crónica del Barça-Leganés (0-1)
Con pocas sorpresas en la alineación, más allá de la novedad de Eric Garcia en el eje de la defensa en lugar de Pau Cubarsí, el Barça afrontaba el partido con la certeza de ser ampliamente superior a su rival. Sin embargo, los azulgranas saltaron al terreno de juego totalmente fríos, más fríos aún que el ambiente gélido de la noche de diciembre en Montjuïc, y el Leganés lo aprovechó. Tras una gran parada de Iñaki Peña que provocó un córner para los madrileños, Sergio González remató completamente solo el lanzamiento de esquina y abrió el marcador, en una jugada que marcó el devenir del enfrentamiento. Los visitantes se encontraron con un escenario propicio totalmente inesperado y a partir de ahí se centraron en perder tiempo e intentar que no se jugara al fútbol, con la permisividad total del árbitro Quintero González.
Aunque con los obstáculos del Leganés era muy complicado, el Barça intentó hacer su partido. Los azulgranas avisaron enseguida con un gran centro de Robert Lewandowski, que el polaco estrelló contra el cuerpo de Marko Dmitrovic, portero de los pepineros. Los culés fueron avanzando. Hubo varias ocasiones muy claras. Raphinha logró rematar un balón muy difícil, pero Dmitrovic volvió a intervenir con una gran parada para enviar el disparo al travesaño. Lewandowski tuvo otra clara, que también envió contra el cuerpo del portero. Lamine Yamal también intentó desbordar constantemente y tuvo alguna llegada peligrosa, pero no logró concretar, en parte por unos problemas físicos que arrastró durante toda la primera parte. Dani Olmo, en cambio, estuvo muy errático.
El segundo tiempo fue idéntico, pero con una gran diferencia: el Barça fue incapaz de rematar entre los tres palos. Entraron Ferran Torres y Fermín López en lugar de Lewandowski y Olmo, que fueron dos de los principales responsables de los remates erráticos de los azulgranas, pero el impacto de estos dos jugadores tampoco se notó especialmente. No fue hasta el minuto 32 de la segunda mitad que llegó la primera ocasión clarísima del Barça, cuando Jules Koundé recibió un gran pase en el interior del área y su disparo se fue rozando el poste, cuando Montjuïc ya estaba cantando el gol culé. Más allá de eso, nada más. El Barça no encontró la manera de inquietar de nuevo la portería de Dmitrovic y perdió un partido de manera totalmente sorprendente.
