Món Esport
Victoria ‘in extremis’ de un Barça que continúa perdido y sin rumbo (1-2)

Xavi Hernández comunicó que dejaría de ser entrenador del Fútbol Club Barcelona para buscar un cambio de dinámica en su equipo. Esto pasó hace semanas y, desde entonces, nada de nada. A pesar de que el Barça ha conseguido sumar los tres puntos en Balaídos contra el Celta de Vigo con un gol de penalti en el último minuto este sábado (1-2), las sensaciones continúan siendo pésimas. Los azulgranas disputarán este miércoles la ida de los octavos de final de la UEFA Champions League contra el Nápoles en el Estadio Diego Armando Maradona y, si el equipo continúa jugando así, los catalanes pueden salir perjudicados de Italia.

La crónica del Celta-Barça (1-2)

La primera mitad del Barça ha recordado a muchos partidos de la temporada pasada, sobre todo en cuanto a la defensa. Los azulgranas han tenido mucha posesión de la pelota, de hecho, han dormido a las ovejas con su juego, pero de este modo han evitado que el rival pudiera crear peligro en el área de Ter Stegen, cosa que es una de las asignaturas pendientes más importantes del curso. Sin embargo, en ataque, ningún tipo de idea. El mejor con la pelota en los pies ha sido un joven central de diecisiete años, Pau Cubarsí, y, si bien esto habla muy bien de él, también habla muy mal de sus compañeros. Lamine Yamal también ha destacado, intentando desbordar continuamente.

De hecho, de las botas de Lamine ha llegado un gol a la recta final de la primera mitad, cuando todo el mundo ya daba por hecho que el partido iría al descanso con empate a cero. El delantero catalán ha arrastrado a varios jugadores contrarios por la banda, ha levantado la cabeza, ha visto a Robert Lewandowski en la frontal del área y le ha dado un pase preciso. El polaco, con un gran control y un disparo todavía mejor, ha batido a Vicente Guaita con un remate ajustado al palo, imposible de parar. De este modo, el Barça, que no ha brillado nada en la primera parte, sí que ha sido pragmático y se ha marchado al descanso con un gol de ventaja.

Andreas Christensen, durante la primera mitad | FC Barcelona
Andreas Christensen, durante la primera mitad | FC Barcelona

El gol de la primera parte, que parecía un premio muy generoso por el trabajo que había hecho el Barça a los cuarenta y cinco minutos iniciales, no ha servido de nada. En el primer minuto de la reanudación, en la primera jugada de ataque del Celta, Iago Aspas ha rematado una pelota dentro del área después de un gran pase del exazulgrana Òscar Mingueza y, a pesar de que el disparo no parecía peligroso, Jules Koundé ha tocado la esférica y el rebote ha dejado a Ter Stegen totalmente batido y se ha introducido al fondo de la portería. De este modo, el Barça ha vuelto a encajar un gol después del silbato del árbitro.

Los azulgranas, después del empate gallego, han continuado haciendo lo mismo de la primera mitad. Es decir, tener la posesión de la pelota, pero sin traducir esto en ocasiones de peligro. Xavi Hernández ha sacado del terreno de juego a Vitor Roque, que ha sido titular y ha hecho un partido nefasto, y en su lugar ha entrado un Raphinha que no ha mejorado la pésima actuación de su compatriota. Lamine Yamal ha sido, también a la segunda parte, el jugador más lúcido del ataque azulgrana y, finalmente, ha obtenido la recompensa. En un centro sin peligro en el área del Celta, el delantero catalán ha recibido un penalti tan absurdo como claro. Robert Lewandowski lo ha fallado en primera instancia, pero se ha tenido que repetir por posición avanzada del portero y, a la segunda, no ha perdonado. Victoria pírrica de un Barça que no consigue encontrar el camino de un juego convincente.



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