Un empate en casa en la ida de las semifinales de la UEFA Champions League podría parecer un resultado más bien adverso. Ahora bien, cuando el rival te ha comenzado ganando por 0-2 y tú has logrado levantarte en una situación tan adversa, la cosa ya cambia. El Fútbol Club Barcelona de Hansi Flick ha empatado contra el Inter de Milán en un auténtico partidazo, donde han chocado dos maneras diferentes de entender este deporte. El Barça ha tenido momentos de muchísimo dominio, donde ha merecido mucho más, pero los italianos han sabido hacer todo el daño posible con sus armas y han estado a punto de llevarse una victoria del Estadio Olímpico Lluís Companys de Montjuïc y encarrilar la eliminatoria. Este equipo de Flick, sin embargo, es muy terco y se ha levantado nuevamente para ganarse el derecho de decidirlo todo en Milán.

La crónica del Barça-Inter (3-3)

Las semifinales de la Champions solo están al alcance de los mejores equipos del mundo y así lo han demostrado el Barça y el Inter desde el primer minuto. Aunque los italianos habían llegado a este partido en medio de una racha nefasta de resultados, quedó claro de inmediato que, cuando estás tan cerca de la final, no hay rachas que valgan. Tanto es así que Marcus Thuram, un jugador que había sido duda hasta el último momento y terminó entrando en el once inicial, dejó Montjuïc helado en el primer minuto de partido con un auténtico golazo de espuela que adelantó al Inter ante la estupefacción de los futbolistas del Barça.

Aunque el golpe fue muy duro, el Barça de Flick se caracteriza, entre otras cosas, por no rendirse absolutamente nunca. Y así, los azulgranas se lanzaron contra la portería de Yann Sommer como si nada hubiera pasado. Los italianos intentaron defenderse de la mejor manera que saben, que es muy buena, pero no pudieron hacer nada para impedir que los ataques del Barça llegaran por tierra, mar y aire, siempre por la banda de Lamine Yamal. El joven delantero catalán, que asustó con unas molestias durante el calentamiento que finalmente no fueron nada, firmó, quizás, su mejor exhibición hasta la fecha, y ya es decir. Así, Ferran Torres tuvo dos oportunidades clarísimas con un resultado idéntico: se fueron rozando el poste.

Cuando parecía que el empate del Barça era solo cuestión de tiempo, cayó una segunda jarra de agua fría en el Estadio Olímpico Lluís Companys. El Inter, en la segunda ocasión que tuvo, hizo el segundo gol de la noche. Fue en el saque de un córner, gracias a un remate acrobático espectacular de Denzel Dumfries. Los italianos, dos llegadas y dos golazos. Cualquier equipo se habría rendido -o al menos le habría costado rehacerse- ante este escenario. Pero el Barça, no. Cuando el partido no podía estar peor para los culés, Lamine Yamal creció aún más y, justo después del segundo del Inter, se inventó una jugada individual fantástica en el interior del área y sacó un remate de vaya a saber dónde para marcar un auténtico golazo y recortar distancias.

Montjuïc se vino abajo con el gol de Lamine. La afición había creído tanto como el equipo y, gracias a su empuje, la embestida del Barça fue imparable. Lamine, protagonista absoluto, hizo una jugada aún mejor para rozar el empate con un disparo que impactó contra el travesaño. El Inter estaba totalmente encerrado en su área, pero al Barça le daba igual: las ocasiones de gol no paraban de llegar. Dani Olmo lo intentó con dos llegadas más hasta que el tiburón mordió. Raphinha bajó un centro y dejó el balón muerto para que Ferran Torres rematara a placer y empatara el partido.

El Barça ya había conseguido lo más difícil: levantar un partido contra un equipo italiano tan sólido como el Inter después de haberlo comenzado perdiendo por dos goles de diferencia. En la recta final de la primera mitad, los ánimos de los azulgranas quedaron un poco disminuidos por una lesión muscular de Jules Kounde, si bien en el Inter también se lesionó Lautaro Martínez justo después, así que ambos equipos perdieron dos piezas importantes antes del descanso. De esta manera, se llegó al medio tiempo con un empate en el marcador, pero con sensaciones casi inmejorables en Montjuïc, después de la hazaña culé. Lo cierto es que una derrota por dos goles al descanso no habría podido ser más injusta, porque el Barça se comió al Inter y los italianos marcaron en las dos únicas llegadas que tuvieron.

Lamine Yamal y Jules Kounde, protagonistas de la primera parte del Barça | Europa Press
Lamine Yamal y Jules Kounde, protagonistas de la primera parte del Barça | Europa Press

Con la dinámica con la que se había llegado al descanso, había quien podía pensar que el Barça lo tendría todo de cara en la segunda parte, pero nada más lejos de la verdad. Al Inter le fue de maravilla el paso por los vestuarios y equilibró las fuerzas en la reanudación. El ritmo del partido continuó elevado, pero ya no hubo tantas ocasiones de gol. El Barça tuvo la posesión del balón y siguió atacando, pero el Inter fue muy sólido en defensa y supo hacer mucho daño encontrando los puntos débiles de los azulgranas al contraataque. En uno de estos, Ronald Araujo, que entró al medio tiempo, envió el balón a córner con una gran intervención. En el lanzamiento de la esquina, sin embargo, Szczesny cometió un grave error en la salida y Dumfries remató a placer para marcar su doblete particular y volver a adelantar a los italianos.

Con cada gol del Inter, sin embargo, el Barça parecía crecer. En la jugada casi posterior al tercero de los italianos, los azulgranas forzaron un córner. En el lanzamiento, Lamine Yamal dejó pasar el balón, Raphinha lo cazó y envió un latigazo espectacular al travesaño, que impactó después contra el cuerpo del portero Sommer y entró al fondo de la portería. Nuevo estallido de euforia en Montjuïc, con un Barça que volvió a empatar cuando las cosas se habían puesto cuesta arriba.

A pesar del gol del Barça, el Inter mantuvo la compostura. Los italianos, de hecho, tuvieron momentos de crear mucho peligro en la portería de Szczesny. En una nueva mala salida del polaco, el Inter marcó el cuarto, pero el tanto quedó anulado por un fuera de juego muy ajustado. No fue hasta la recta final del partido que el Barça logró encerrar a los italianos en su área. Lamine Yamal, líder indiscutible de los azulgranas esta noche, volvió a enviar un balón al travesaño. Ya en el tiempo añadido, Raphinha rozó la victoria con otro cañonazo desde fuera del área que Sommer sacó con una parada espectacular. Aunque el Barça no pudo ganar, los azulgranas se levantaron de una situación muy adversa y se adjudicaron el derecho de luchar hasta el último momento en Milán para llegar a la final de la Champions.



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