El Fútbol Club Barcelona ha empezado su camino en la Copa con una victoria contra el modesto Barbastro, de la Segunda RFEF, que fue mucho más sudada de lo que se podía prever en un inicio. El Barça dominó el primer tramo del partido con bastante solvencia y llegó a marcar dos goles. Los azulgranas, sin embargo, se fueron relajando y el Barbastro recortó distancias y llegó a tener el empate. Finalmente, el Barça pudo hacer el gol de la tranquilidad, si bien los aragoneses, de penalti, acabaron ajustando el marcador en el tiempo añadido. En un comienzo parecía que sería un partido para ganar tranquilidad, pero, en vez de esto, las sensaciones del equipo catalán continúan siendo negativas, las dudas no se desvanecen y hay algunos temas que preocupan a la afición.

Las victorias por la mínima
Uno de los casos más flagrantes del Barça es el récord histórico de partidos sin sumar victorias con más de un gol de diferencia. Ya son veinte. Desde el partido contra el Amberes del 19 de septiembre, donde los azulgranas golearon por 5-0, el equipo no ha sido capaz de sumar ningún triunfo que no sea por la mínima. O un gol de diferencia, o empates y derrotas: este ha sido el camino del Barça desde entonces. Esto se entiende gracias a dos de los grandes problemas de los culés esta temporada: la falta de efectividad de cara a portería y los errores defensivos impropios. Tenerse que conformar con un triunfo por la mínima contra un equipo de Segunda RFEF continúa dejando muchas dudas y, de momento, parece que Vitor Roque, que falló una ocasión clarísima, no será la solución milagrosa a los males del Barça.
La falta de profesionalidad de Joao Félix
El delantero portugués llegó como una estrella en potencia y, después de sus primeros partidos como azulgrana, los culés soñaron con un Joao Félix que explotaba todo su talento en el Barça y que marcaba diferencias. La realidad, sin embargo, ha sido muy distinta. El portugués ha cometido el mismo pecado que le condenó en el Atlético de Madrid: una falta de profesionalidad flagrante y muy preocupante. Más allá de los partidos donde tenía la ilusión del debut y algún caso concreto como el reencuentro con el conjunto colchonero, a Joao Félix le ha dado pereza explotar su talento y ha jugado con un pasotismo que le ha acabado llevando al banquillo. Con el Barbastro, el portugués recuperó la titularidad y lo compensó con la misma apatía. De un error suyo por falta de concentración vino el córner que provocó el primer gol de los aragoneses.
La pérdida de rumbo de Xavi Hernández y su cuerpo técnico
La temporada pasada, con la consecución del título de Liga, parecía que Xavi había encontrado el camino para conducir el Barça a un camino de éxitos y buen fútbol, pero este curso la sensación es totalmente contraria y ya son muchos meses sin saber tocar la tecla que haga que el equipo gane y juegue bien. Además, una nueva rueda de prensa donde el técnico egarense vio un partido demasiado bueno, en total disonancia con las opiniones de la afición, suma más preocupaciones. Su hermano y segundo entrenador, Òscar Hernández, acabó expulsado después de protestar en la recta final del duelo, ejemplificando así la frustración de un cuerpo técnico que se acerca peligrosamente al abismo. Para acabarlo de rematar, un jugador del Barbastro empujó a Xavi al final del partido, cosa que se ha leído como una muestra del poco respeto que hay hacia la figura de este entrenador.