Hace un mes que Lamine Yamal cumplía los 16 años y ya es una de las caras del futuro del Fútbol Club Barcelona. De hecho, gracias a su participación estelar del pasado martes ya hay gente que lo compara con el último joven de la Masía que también brilló en un Gamper, un tal Leo Messi. El entorno culé está ilusionado con una joven promesa nacida, crecida y cuidada en casa, pero su continuidad en el club continúa sin estar ligada.
Hijo de madre ecuatoguineana y de padre marroquí, Lamine Yamal nació en el municipio de Esplugues de Llobregat. A pesar de que el joven futbolista juega en la Masía desde que tenía 7 años, su familia ha vivido en Granollers y también en el barrio de Rocafonda, en Mataró, uno de los barrios con la renta per cápita más baja de Catalunya y con cierta fama de conflictividad. Su padre, Mounir Nasraoui, tuvo un alboroto con algunos simpatizantes de Vox en Mataró y fue multado con más de quinientos euros. Su madre, Sheila Ebana, asegura que Lamine Yamal —a quien no le gusta que le digan solo Lamine, puesto que es un nombre compuesto— es ecuatoguineano y que cuando todavía era un niño, lo llevó a conocer su tierra. Aun así, el joven de la cantera del Barcelona, de momento, se ha decantado para jugar para las categorías inferiores de España.
Precisamente, en una concentración de la Selección Sub-17, Lamine Yamal y dos de sus compañeros tuvieron un acto de indisciplina que les valieron sanciones a sus clubes y selección. Concretamente, según ha podido saber
De Puyol y De la Peña a Jorge Mendes
Al poco del suceso, el pasado mes de marzo, Lamine Yamal y su entorno decidió hacer un cambio importante de cara al presente y futuro. El jugador y su familia tomaron la decisión de confiar en Jorge Mendes, que se convirtió en su nuevo representante y en la persona que negocia la renovación con el club azulgrana. Sus anteriores representantes –Iván de la Peña y Carles Puyol– quedaron muy desgastados con su entorno. Así pues, apareció Jorge Mendes y compró sus derechos.
Hasta la llegada de Mendes, Lamine Yamal estaba representado por la agencia

Talento de barrio
Lamine Yamal tiene el potencial de una estrella futbolística y guarda la esencia del futbolista de barrio. Un talento de calle descomunal sumado a una formación ideal en una academia profesional como es la Masía. Un fruto que se puede convertir en agua bendita para un club que se aferra al talento producido en casa. Sin ir más lejos, con su debut a la edad de 15 años —el más precoz de la historia del Barça— ya dejó entrever un talento descomunal, como también lo hizo al Gamper.
Si los cantos de sirena no lo seducen, si la cabeza le permite enfocarse en el aspecto deportivo y Xavi le da minutos, el Barça disfrutará de un jugador diferencial, de los que ponen feliz a la afición y de los que, a veces, marcan época. Con todo, no deja de ser una perla por pulir.