La carrera por el Balón de Oro ha vivido un giro inesperado después del Mundial de Clubes y Lamine Yamal vuelve a situarse como uno de los principales favoritos. El joven talento del Fútbol Club Barcelona, con dieciocho años recién cumplidos, ha completado una temporada espectacular asumiendo un papel protagonista en un Barça que ha conquistado Liga, Copa y Supercopa. Aunque la Champions se les escapó en las semifinales contra el Inter de Milán, su rendimiento individual ha sido impecable: goles, asistencias, regates y madurez en los momentos clave. Su crecimiento fulgurante, ocupando la banda derecha tras la salida de Ousmane Dembélé al París Saint-Germain (PSG), lo ha convertido en uno de los principales nombres del fútbol mundial.

Dembélé pierde fuerza

Hasta hace poco, el mismo Dembélé parecía tener el trofeo bien encaminado. Sus estadísticas con el PSG en la Ligue 1 y en la Champions lo colocaban como máximo favorito, pero su discreta actuación en los partidos más importantes y la derrota del PSG en la final del Mundial de Clubes contra el Chelsea han hecho caer en picado su candidatura. La crítica también ha pesado sobre el hecho de que brille en una liga de menor exigencia como la francesa y que desaparezca en los grandes escenarios. Otros nombres como el de su compañero Vitinha han ganado peso mediático, pero aún están lejos del protagonismo de otras estrellas.

Ousmane Dembélé, amb la Champions | @o.dembele7
Ousmane Dembélé, con la Champions | @o.dembele7

En este contexto, el nombre de Lamine Yamal emerge con más fuerza que nunca. Sin participar en el Mundial de Clubes, se ha visto indirectamente beneficiado por el fracaso de sus rivales directos. Su temporada con el Barça lo ha puesto en el mapa como una de las grandes promesas -y realidades- del fútbol mundial, demostrando que es capaz de liderar uno de los clubes más exigentes del mundo con solo diecisiete años, que tenía la temporada pasada. Aún queda camino hasta la decisión final, pero el barcelonismo sueña con verlo coronarse como el mejor jugador del planeta. Y, ahora mismo, nadie puede descartar que su nombre acabe grabado en el Balón de Oro.



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