Lamine Yamal se convirtió en el futbolista más joven del siglo XXI en debutar con el primer equipo del Fútbol Club Barcelona cuando lo hizo con 15 a finales de abril. Ya con 16, el joven de la cantera también apareció para desequilibrar durante el trofeo Joan Gamper ante el Tottenham Hotspur tal y como un Leo Messi algo más consagrado ya hizo contra la Juventus en 2005. De hecho, Lamine participó en los últimos tres goles del equipo para firmar una remontada que acabó con el mal sabor de boca que habría dejado una derrota en el debut del equipo en el Estadi Olímpic Lluís Companys. ¿Pero quién es Lamine Yamal?
Pese a haber nacido en Esplugues de Llobregat, el pequeño Lamine Yamal empezó a dar las primeras patadas a un balón durante unos meses en el CF Rocafonda, el club de su barrio de Mataró. A pesar de todo, las circunstancias familiares llevaron a aquel niño que disfrutaba con la pelota hacia Granollers. Quería continuar jugando al fútbol y lo hizo en el CF La Torreta del barrio homónimo, el cual mantiene una ubicación peculiar, puesto que forma parte de la Roca del Vallès, pero está unos dos kilómetros alejado del centro urbano principal de este municipio. De hecho, está enganchado al centro urbano de Granollers, en concreto, con el barrio de la Font Verda.

Y en la Torreta volvió a ser feliz jugando al fútbol ya como federado, hecho que le permitió mostrar su calidad y, a posteriori, llamar la atención de Barça y Espanyol. Con solo siete años tuvo que tomar la primera gran decisión de su vida. Aproximadamente una semana antes, y con solo un día de diferencia, el de Mataró había hecho una prueba con ambos clubes. La decisión no se hizo esperar. Recaló en la entidad azulgrana y, nueve años más tarde, con solo 15 años, ya debutó con el primer equipo de la mano de Xavi Hernández.
Orgullo de barrio
Lamine Yamal es originario del barrio de Rocafonda (Mataró), un distrito que lleva el estigma de conflictivo y de inseguro, promovido en los años cuarenta y que creció durante los años sesenta, coincidiendo con la oleada migratoria de la época. De hecho, su padre, Mounir Nasroui, protagonizó un incidente antes de las elecciones municipales al verse involucrado en un altercado en una carpa de Vox. Sin embargo, su hijo se muestra muy orgulloso de sus orígenes y, de hecho, suele celebrar los goles dibujando con los dedos un 304, la terminación del código postal de su barrio. Un gesto que Lamine dedica a su gente, demostrando que no olvida de donde viene y que, a pesar de haberse criado en Mataró, vivido también en el Vallès y desde hace pocos años en La Masía, los continúa teniendo muy presentes. Veremos si su celebración se convierte en una de tan célebre y distinguida como la de Leo Messi dedicándole todos y cada uno de sus goles a su abuela Celia. Mientras tanto, a la nueva perla azulgrana le toca continuar su camino con prudencia, pero sin dejar la ambición en banda.