La polémica entre la selección española de Luis de la Fuente y el Fútbol Club Barcelona de Hansi Flick se ha intensificado más que nunca a raíz de la situación de Lamine Yamal. La Real Federación Española de Fútbol (RFEF) ha anunciado oficialmente que el jugador azulgrana queda desconvocado para los próximos partidos de clasificación para el Mundial de 2026 contra Georgia y Bulgaria después de que el Barça haya comunicado su lesión, una recaída de los problemas físicos que ya sufrió con La Roja hace unas semanas.
El comunicado de la RFEF, todo un ataque al Barça
En el mismo comunicado, sin embargo, la RFEF ha aprovechado para lanzar una crítica al Barça, señalando que la información médica sobre las molestias del futbolista llegó tarde, después de hacerse pública la lista oficial de convocados, donde estaba incluido Lamine Yamal. Según la RFEF, “los servicios médicos del FC Barcelona han remitido esta tarde, una vez publicada la convocatoria oficial, unas molestias en la zona del pubis”, dejando claro que la gestión del club no ha sido de su satisfacción y enviando de esta manera todo un ataque al club azulgrana.
La respuesta federativa no se ha quedado en esta crítica. En su nota, la RFEF recalca que la desconvocatoria se hace para «garantizar una recuperación rápida y sin ningún riesgo, como se hace con todos los futbolistas que juegan con la selección española». Desde el entorno azulgrana, se percibe un tono de crítica y, sobre todo, una clara intención de desmarcarse de cualquier responsabilidad médica. El caso de Lamine vuelve a reabrir un debate latente: hasta qué punto las selecciones respetan las necesidades de los clubes y la integridad de los futbolistas que comparten.
Cabe recordar que en la rueda de prensa posterior al anuncio de la convocatoria de la selección española, Luis de la Fuente ya había atacado con dureza a Flick, diciendo que sus quejas sobre la sobrecarga de minutos de Lamine Yamal con La Roja «quedaban en cuarto o quinto plano». Con el recuerdo reciente de la lesión del jugador en la pausa anterior y las tensiones con el Barça, la relación entre selección y club vuelve a situarse en el punto de mira, con la sensación de que este capítulo es solo uno más de una guerra fría que no deja de crecer.
