La gala del Balón de Oro celebrada este lunes en el Théâtre du Châtelet de París ha dejado imágenes muy destacadas, sobre todo el gesto de fair play de Lamine Yamal, que no solo ha felicitado públicamente y en privado a Ousmane Dembélé, sino que lo ha hecho en varias ocasiones y con una naturalidad sorprendente para un jugador de solo dieciocho años. El atacante del Barça, que coincidió con el francés en sus primeros meses en el primer equipo blaugrana, ha demostrado madurez y deportividad ante uno de sus rivales directos en la carrera por el trofeo. Las muestras de afecto se han extendido también al exterior de la gala, donde Lamine ha mantenido un tono de reconocimiento y cordialidad hacia Dembélé, contrastando con el caso de Vinicius Jr. de hace justo un año.
Lamine felicita a Dembélé; el Madrid mantiene el boicot al Balón de Oro
El francés del Paris Saint-Germain (PSG), que pasó seis temporadas en el Barça, ha agradecido también las palabras del joven blaugrana y ha respondido con elogios. “Es un jugador extraordinario, con mucha madurez. Ganará muchos trofeos como el Balón de Oro”, ha afirmado. También el presidente Joan Laporta y otros representantes del Barça se han acercado a felicitarlo, de la misma manera que Dembélé ha agradecido públicamente sus años en el Barça. Esta actitud cordial del club y de Lamine contrasta con lo que se vive en el Real Madrid: ni Florentino Pérez ni la plana institucional blanca se han presentado en la gala y, a pesar de tener hasta siete nominaciones, el club ha mantenido su boicot por la derrota de Vinicius en 2024, que sigue marcando la postura madridista ante el galardón.
La diferencia de comportamiento entre el Barça y el Madrid es evidente. Mientras Lamine y el entorno blaugrana hacen bandera del respeto y del reconocimiento, el Madrid ha reforzado una actitud de distancia y resentimiento con la organización. La presencia del joven delantero culé en París no solo ha mostrado deportividad, sino también el papel creciente que se le atribuye en el futuro del Barça y del fútbol europeo. En cambio, el rechazo del club blanco acentúa el relato de aislamiento que Florentino Pérez mantiene con la UEFA y con L’Equipe, promotores del premio. La gala, más allá del resultado, ha dejado así una imagen clara: mientras Lamine Yamal encarna frescura, respeto y proyección de futuro, Vinicius y el Madrid continúan atrapados en la polémica y la queja permanente.
