El caso de Lamine Yamal ha abierto una nueva brecha entre el FC Barcelona y la selección española. Todo comenzó después del partido contra el PSG, cuando el jugador notó molestias en el pubis y llamó a Luis de la Fuente para comunicarle que necesitaba dos semanas de descanso. Según el diario AS, la respuesta del seleccionador fue contundente: “Si juegas con el Barça, puedes jugar con nosotros”. Una frase que en el Barça se interpretó como una falta de empatía y como una señal clara de que el criterio del futbolista y del club no estaba siendo escuchado.
El club blaugrana estalla ante la falta de empatía de la RFEF con el jugador
Cuando el de Rocafonda explicó al club su conversación con De la Fuente, el director deportivo Deco se puso en contacto con Aitor Karanka, homólogo en la RFEF, para recalcar que Lamine no estaba en condiciones de jugar. La impresión en el Barça es que la respuesta fue igual de poco comprensiva que la del seleccionador. Al día siguiente, la convocatoria de la selección incluyó a Lamine, y en el club se vivió como una provocación abierta, sobre todo porque en otras ocasiones De la Fuente había defendido que “la última palabra” era del jugador.
La reacción blaugrana fue inmediata: un comunicado médico que certificaba la recaída de la pubalgia y un período estimado de baja de dos a tres semanas. Ante esto, la RFEF anunció la desconvocatoria, pero remarcando que si hubiera recibido la información antes, no se habría llegado a este punto. Desde el Barça, en cambio, insisten en que nunca se les pidió ningún informe médico y que con la petición del jugador debería haber sido suficiente. El conflicto, pues, deja en evidencia la tensión creciente entre las dos instituciones y pone en primer plano el debate sobre quién tiene la última palabra en la protección de los jóvenes talentos.
