La ciudad de Girona ha abandonado definitivamente las camisetas azulgranas que tiempos atrás habían teñido de los colores del Fútbol Club Barcelona sus calles. Durante la previa del esperado Barça-Girona, los jóvenes aficionados han reivindicado el sentimiento gerundense frente al sentimiento de la capital. Jóvenes y viejos socios coinciden en el mismo, en el cambio del azulgrana y el blanco-y-rojo, un sentimiento de pertenencia local «de una ciudad nunca conquistada» cómo clama uno de los cánticos del grupo de animación Jovent Gironí.
Uno de los ejemplos claros de esta dualidad que, cada vez menos, experimenta la ciudad son Iñaki y el Pau. Padre e hijo, uno del Girona y uno del Barça, hacían provisión de gasolina a la moto antes de subir hacia el estadio de Montilivi, donde lo Girona busca volver a hacer la gesta y superar en juego y resultado el Barça. Iñaki, «socio desde que era pequeño, a pesar de que con un intervalo» destaca que su hijo, en Pau es socio desde hace cuatro años, a pesar de que «ahora con en Lamine Yamal…» bromea sobre como su hijo luce orgulloso una camiseta del Barça mientras destaca, con la ilusión de los niños, que «el Barça ganará».
La afición del Barça, por otro lado, menos numerosa en tierras gerundenses, todo y algunos haber venido con AVE, en su mayoría castellanohablantes, se ha visto con cuentagotas, y en Rachid destaca que ha subido directamente desde Barcelona para ver «un gran partido». A continuación, este joven aficionado -con una camiseta de Rivaldo-, proveniente del Marruecos, ha entrado en un bar a hacer un bocado. «Hay hambre», ha dicho mientras se despedía de Món Esport.
La ilusión, el motor de una ciudad
Si algo han destacado los forofos gerundenses en las conversaciones con Mundo Deporte, es la ilusión de disputar la Liga de Campeones. A pesar de que Enric, un joven aficionado de 22 años, ha asegurado que «nuestra competición es la liga, la Champions es un premio». Oriol Busquets es uno de los otros forofos que han hablado con Món Esport. Busquets, socio desde hace 11 años, señala como es de importante el que se está viviendo «después del palo de Lugo ahora ya hace muchos años» y que espera «creparle 4 goles en el Barça, como el año pasado».
El sentimiento de pertenencia es el que más ha arraigado a los jóvenes aficionados gerundenses, que han encontrado en el Girona un equipo que representa toda una población y es «un motivo de orgullo», destaca en Marc; un forofo que ha subido esta mañana desde Sant Celoni y que no tiene entrada para ver el partido. Una situación que se reproduce en otros muchos forofos, puesto que asegura que «me ha parado un montón de gente del Barça preguntando si todavía se vendían entradas». A pesar de no tener entrada, Marc no ha marchado de Girona, ha seguido la previa con el Jovent Gironí, y señala que «me iré a un bar a ver el partido». «Y con suerte celebrar el resultado», destaca riendo.
La Champions es uno de los grandes atractivos. Enric, a pesar de destacar que la competición prioritaria tiene que ser la Liga, pone énfasis en el hecho que a París «habrá 1000 gerundenses, es espectacular», un crecimiento gigantesco que llena de orgullo este forofo y su acompañante, Martí, que lamenta que se disputen pocos partidos de Champions al estadio de Montilivi. «Es una lástima, pero yo ya tengo entrada por el partido contra el Arsenal», destaca.
Girona, un baluarte contra la capital
Este abandono del sentimiento barcelonista por el del gerundense es uno de los motores de los jóvenes aficionados del club rojiblanco, que ha vivido un crecimiento espectacular en sus últimos años. Iñaki destaca que «ahora jugamos Champions y contra el Barça o el Madrid» pero hace unos años «jugábamos a segunda B, tercera e incluso Primera Catalana«. El futuro del club recae en gran medida en los forofos más jóvenes y ruidosos. Durante la previa antes del ‘corteo’ del Jovent Gironí se han sentido, entre petardos y olor de cerveza, varios cánticos reivindicando la ciudad de Girona contra la capital, Barcelona, y la capital del reino, Madrid. Cesc, que acompañaba en Marco en su aventura a Girona, reivindica el sentimiento de pertenencia «yo hace unos años era del Barça, ahora ya no». A pesar de que, al contrario que su amigo Marc, que pronostica un 4-2 favorable en el Girona, Cesc es más cauteloso y dice que el resultado será de 3 a 3.
La avenida de Montilivi ha sido una gran fiesta, aficionados de todas las edades y «una ciudad nunca conquistada» han sido los protagonistas de la gresca y jolgorio que el Jovent Gironí ha desatado en su subida al estadio. Reafirmación del sentimiento para el Girona, desmarcarse de Barcelona y unas gargantas perfectamente engordadas con cerveza para animar el Girona «mi amor» y destacar que, «quien no viene para animar el Girona para que ha venido», cantan desde la grada en movimiento antes de llegar al estadio. El sonido del bombo, de los cánticos y de la pirotecnia ha hecho que buena parte de los curiosos se animaran a sumarse a la fiesta desatada a 500 metros del estadio.
