El Unicaja de Málaga ha hecho historia en el Gran Canaria Arena, donde acaba de proclamarse campeón de la Copa de baloncesto 2025 tras imponerse de manera contundente al Real Madrid por 93-79. El equipo dirigido por Ibon Navarro ha sido superior en todos los aspectos del juego y ha confirmado que su proyecto va muy en serio. Con esta victoria, el Unicaja suma su segundo título de la temporada, después de haber ganado también la Supercopa, y lo ha hecho, nuevamente, derrotando al conjunto blanco.
El duelo comenzó con máxima igualdad, con un Real Madrid que intentó llevar el ritmo del partido mediante Facundo Campazzo y el dominio interior de Walter Tavares. No obstante, los andaluces mostraron su gran acierto exterior desde el primer momento. Kravish y Perry, con una exhibición desde la línea de tres puntos, pusieron contra las cuerdas a un Madrid que no encontraba respuesta en ataque. Además, la defensa blanca hizo aguas y no pudo contener la avalancha ofensiva de los malagueños.
El Madrid se hunde y Unicaja reina: nueva debacle blanca en la final
El tercer cuarto fue clave en el desarrollo del partido. A pesar de algunos intentos de reacción de los blancos, especialmente con Sergio Llull, el Unicaja siguió creciendo, aprovechando los errores rivales. Musa, desaparecido, no anotó ninguna canasta en juego, y ni siquiera la aportación de Campazzo fue suficiente para frenar el naufragio.
El último período fue un recital malagueño, con momentos espectaculares como un triple imposible de Perry desde casi nueve metros o el acierto descomunal de Kravish. La ventaja llegó a ser de más de 15 puntos, y el Madrid bajó definitivamente los brazos. La frustración blanca se hizo evidente con errores no forzados y un equipo incapaz de encontrar soluciones.
Con la bocina final, la euforia se desató en el banquillo de un Unicaja que ha confirmado su ascenso a la élite del baloncesto español. Segunda Copa en tres años, doblete esta temporada y un proyecto sólido que amenaza el dominio histórico del Madrid y el Barça. Por otro lado, la derrota deja al conjunto blanco en una situación delicada: han perdido las dos finales domésticas de la temporada, y las críticas a Chus Mateo se multiplican.
El próximo reto de los blancos será el clásico de Euroliga contra el Barça el próximo jueves, pero el golpe recibido hoy puede tener consecuencias graves. Para el Unicaja, en cambio, esta victoria supone una inyección de confianza para seguir soñando en grande.
