Ricky Rubio ha vuelto oficialmente a la Penya después de un año sabático marcado por sus problemas de salud mental y por la duda de si se retiraría definitivamente del baloncesto. El escolta, que había dejado la NBA e intentado una breve etapa en el Barça sin éxito, ha decidido volver a casa para reencontrarse consigo mismo y con el jugador que lleva dentro. En su presentación como nuevo jugador del Club Joventut Badalona, el equipo de su vida, ha asegurado que tiene «una ilusión que hacía mucho tiempo que no tenía» y que está “orgulloso de volver aquí, a casa”. Rubio ha querido agradecer al club la confianza y ha explicado que viene con ganas de sumar y ayudar a los más jóvenes en un proyecto que considera especial.
Ricky Rubio: «En muchos momentos, la retirada estaba más cerca»
Durante la rueda de prensa, Ricky reconoció la dureza del camino hasta tomar la decisión. “Estaba bastante perdido. Cuando terminé la temporada planteé algunos escenarios… pero desde la desesperación. Ha sido una montaña rusa. En muchos momentos, sobre todo al principio, la retirada estaba más cerca”, confesó. Rubio explicó que fue hacia el mes de abril cuando comenzó a ver la situación con otra perspectiva y, en mayo, sintió cómo volvía la ilusión. “Estos últimos días he visto muy claro que el que quiere volver soy yo”, añadió. También tuvo palabras de agradecimiento hacia su esposa, que ha sido clave en el proceso: “Las personas no pueden estar solas. Necesitamos a otras personas para impulsarnos en momentos difíciles”.
Días que son historia. Y tu sonrisa, la mejor imagen posible 😁
— Club Joventut Badalona (@Penya1930) July 23, 2025
Nueva piel, mismo sentimiento. ¡VISCA LA PENYA! 💚🖤#CityOfBadalona pic.twitter.com/LUtPiQ4KXT
Rubio ha remarcado que su regreso no es solo deportivo, sino también personal, y que quiere aprovechar la oportunidad para ayudar a los jóvenes y transmitir valores positivos. Ha afirmado que su mejor versión debe compaginar la persona y el jugador: “He aprendido a vivir, a saber qué quiere la persona. Quiero que el aprendizaje también me haga crecer como jugador”. Además, ha dejado claro que este será su último club y que quiere disfrutar de esta etapa al máximo: “Es un regalo, no para los aficionados, sino para mí. Tenía muchas ganas de volver a la Penya. Del 1 al 100, mi nivel de ganas de jugar es 200”.