El exjugador de baloncesto y entrenador, Manolo Flores, ha puesto punto y final a 45 años al servicio del Palau Blaugrana. El club azulgrana ha decidido no renovar el contrato del trabajador más antiguo de la entidad. En una entrevista a RAC1, Flores anunció que Juan Carlos Navarro, el manager de la sección, le comunicó esta decisión el 30 de junio. Aun así, el club le ha pedido que continúe vinculado a la entidad: «No desde una posición profesional, si no estando cerca de la sección y aportando mi experiencia«, confirmó Flores. Por otro lado, no ha querido poner el dedo en la herida: «Entiendo la decisión. El club me ha demostrado aprecio y creo que, por ellos también ha sido duro».
Manolo Flores llegó a Barcelona con solo 19 años, procedente de Mérida, para fichar por la primera plantilla del Barça de baloncesto. Así, fue jugador del club durante 14 temporadas, del 1970 al 1984, actuando de capitán los últimos años. Flores destacó por su rapidez al contraataque, un buen tiro exterior y una gran personalidad en la pista, actuando en la posición de alero. En su palmarés hay dos Ligas y seis Copas del Rey, con la espina clavada el 1984, cuando se quedó a las puertas de ganar la primera copa de Europa del Barça. Además, disputó un total de 128 partidos oficiales con la selección española de baloncesto.
Justo después de retirarse como jugador ya hizo el salto directo a los banquillos. Combinó entre etapas como primer entrenador y años siendo el segundo de técnicos como Antoni Serra, Maljkovic, Aíto o Pesic. Su palmarés como entrenador recoge una Recopa de Europa y un Mundial de Clubes. En los últimos años en el club, Flores ha formado parte del Consejo del Palau, alejado de los banquillos y las áreas técnicas del equipo y abordando un rol más institucional.
La verdad detrás de la decisión del club
La situación económica del club azulgrana, con la delicada reestructuración de las secciones, ha provocado que el Barça no haya renovado el contrato de Manolo Flores, a pesar de que el exjugador y entrenador ya tiene 72 años. Por lo tanto, pone punto y final a casi cinco décadas en el Palau, donde ha pasado desde la pista como jugador, los banquillos como entrenador y, finalmente, en los despachos, para darle un buen servicio a la entidad azulgrana.
