Nuevo capítulo en el serial entre Thomas Heurtel y el Barça. El base francés, que ya salió del club por la puerta trasera hace cuatro años después de negociar con el Real Madrid a escondidas de la directiva, ha presentado una demanda contra la entidad azulgrana. Reclama una indemnización de 1,6 millones de euros en concepto de daños y perjuicios por el fichaje frustrado que debía producirse el pasado mes de enero. Los hechos se remontan al momento en que el equipo de baloncesto del Barça sufría las lesiones de larga duración de los bases Juan Núñez y Nico Laprovittola. La dirección deportiva reaccionó fichando a Raul Neto, pero el brasileño también se lesionó gravemente, dejando nuevamente al equipo huérfano de un base de experiencia.
El fichaje frustrado de Heurtel
En aquel contexto de urgencia, el club dio luz verde a la incorporación de Heurtel, que entonces militaba en China. Según el jugador, el acuerdo estaba tan avanzado que él mismo ya había recibido el visto bueno e inició el viaje hacia Barcelona para sumarse inmediatamente a la disciplina de Joan Peñarroya. La sorpresa llegó a su llegada a Cataluña, cuando se encontró con la negativa del club a formalizar la operación. La presión de una parte de la afición, aún muy dolida por su salida anterior al Madrid, provocó que desde los despachos se echara atrás. Heurtel asegura que esta situación lo dejó sin opciones inmediatas, ya que había rechazado una oferta millonaria del Asvel francés confiando en el retorno al Barça. Finalmente, la temporada la terminó en el Bàsquet Corunya, pero ahora considera que el daño profesional y económico es incuestionable.
El Barça, por su parte, se defiende argumentando que no había ningún documento firmado y que, por tanto, no se le puede acusar de incumplimiento contractual. Fuentes del club remarcan que la incorporación no pasó del plan de intenciones y que en ningún momento se firmó nada que obligara a culminar la operación. Los abogados de Heurtel, en cambio, sostienen que el visto bueno dado por la dirección deportiva y el viaje iniciado desde China son pruebas suficientes de la buena fe del jugador y de la confianza rota. Ahora serán los tribunales los que tendrán que decidir si hay base legal para conceder la indemnización de 1,6 millones que exige el francés.
