El Barça cayó este viernes ante el Villeurbanne (100-94) en un duelo de Euroliga que pone fin a su racha de cuatro victorias consecutivas. A pesar de un final cargado de tensión, los blaugrana no pudieron dar la vuelta a un partido marcado por una defensa insuficiente y algunos errores clave en los momentos decisivos.
Los de Àsvel Villeurbanne dominaron buena parte del duelo gracias a la exhibición de Théo Maledon, quien firmó una actuación brillante con 18 puntos, 22 de valoración y un control absoluto del ritmo de juego. El equipo francés, liderado por su físico y acierto desde la línea exterior (12 triples), llegó a tener una ventaja máxima de 14 puntos en el tercer cuarto (65-51).
El Villeurbanne lideró la mayor parte del duelo al ritmo de un excelente Maledon, clave con 18 puntos y 22 de valoración

A pesar de todo, los de Joan Peñarroya encontraron en Jabari Parker (18 puntos, 5 triples) y Kevin Punter (19 puntos) la fórmula para volver a entrar en el partido. Con un parcial de 0-7 antes del descanso, el Barça redujo distancias hasta el 48-42, pero el inicio del tercer cuarto volvió a ser letal. Un triple de David Roberson, seguido de otra canasta suya, volvió a disparar al Villeurbanne.
El Barça, sin embargo, no dejó de luchar. Dos triples seguidos de Parker pusieron al equipo a solo un punto (86-85) y encendieron la esperanza. Faltando 1:30 para terminar, el marcador mostraba un empate a 93 tras un tiro libre de Jan Vesely, pero un error de comunicación en defensa dejó solo a Quentin Lee, que no perdonó desde la línea de tres. En el último ataque, una pérdida de Darío Brizuela, presionado por Nando De Colo, desvaneció cualquier posibilidad de remontada.
Después del partido, el técnico Joan Peñarroya fue claro: “Hemos jugado sin energía y cometimos errores clave al final. En la Euroliga, si encajas 100 puntos fuera de casa, no puedes ganar.” Esta derrota deja al Barça con un balance de 13 victorias y 10 derrotas, manteniéndose en la sexta posición de la fase regular. El próximo jueves, el equipo afrontará un nuevo desafío contra el Baskonia en Vitoria, un rival necesitado de puntos.
A pesar del revés, el talento individual de jugadores como Parker y Punter es un indicador positivo para los próximos enfrentamientos. Pero, sin una mejora clara en defensa, las opciones reales del equipo en esta Euroliga podrían verse comprometidas.
El Joventut se hunde en Badalona y dice adiós a la Eurocup
El Joventut de Badalona dijo adiós esta semana a sus aspiraciones en la Eurocup tras caer contra el Dolomiti Energia Trento por un contundente 86-100. Los verdinegros, que necesitaban ganar los tres partidos restantes y confiar en resultados favorables de otros equipos, no fueron capaces de superar a un conjunto italiano que brilló en Badalona con un alto acierto ofensivo.
El partido comenzó con un Trento mucho más sólido y efectivo, que aprovechó los errores defensivos de la Penya para irse al descanso con una ventaja de 44-52. Jugadores como Cale, con 21 puntos y 4 triples, y Ellis, con una gran visión de juego, hicieron mucho daño al equipo local, que no encontró respuestas suficientes en ataque ni solidez atrás.
En la segunda mitad, la dinámica no cambió. A pesar de un tímido intento de remontada tras un triple al límite de posesión de Adam Hanga, que dejó el marcador en 54-60, el Joventut no supo mantener el ritmo. El Trento continuó dominando, gracias también a la aportación de jugadores como Ford, que despertó con acciones decisivas en los momentos clave del tercer período. Con el marcador en contra y sin capacidad de reacción, los verdinegros vieron cómo el partido se les escapaba definitivamente.
Los datos del partido son una prueba evidente del dominio italiano: el Trento anotó 10 triples y estuvo impecable desde el tiro libre con un 83,8% de acierto. Por contra, el Joventut solo pudo mantenerse con la aportación de Dekker, autor de 19 puntos, y el veterano Ante Tomic, que sumó 14.
Este resultado confirmó la eliminación del Joventut en la Eurocup, donde ha sufrido una trayectoria irregular, con 10 derrotas en 16 partidos. La decepción es máxima entre la afición, que esperaba más de un equipo histórico acostumbrado a éxitos europeos en el pasado.