En una final intensa y emocionante, la selección alemana de baloncesto se ha coronado campeona mundial por primera vez después de imponerse a Serbia en la final del Campeonato del Mundo Filipinas, Japón e Indonesia con un marcador final de 83-77. La final, disputada en la capital filipina de Manila, ha sido la demostración definitiva de que Alemania ha sido el equipo más fuerte y regular del torneo, saliendo como el único equipo invicto. Esta victoria representa el primer título mundial de baloncesto para Alemania, que hasta ahora había conseguido a lo sumo una medalla de bronce en el 2002. Además, el único otro oro en su historia era el del Campeonato de Europa de 1993. Todo ello, a través de un roster consistente, capacitado para resistir la presión rival y aprovechando al máximo su talento, sin ser la que el combinado del que más disfruta.
Dennis Schröder, de 29 años de Toronto Raptors, ha liderado la victoria con una actuación excepcional que ha sido fundamental para el triunfo teutón. La gran figura del partido, con 28 puntos en total, lo remató con una canasta decisiva a solamente 21,4 segundos del final que sirvió para neutralizar los intentos de Serbia para recuperarse. El jugador de la NBA fue secundado por Franz Wagner, con 19 puntos, y Voigtmann, con 12.
La final se decanta después del descanso con un Schröder estelar
El triunfo alemán ha terminado siendo merecido, decantando el partido a través del acierto tras el descanso. Pese a un comienzo intenso con intercambio de canastas, Alemania tomó el control en el tercer cuarto y supo mantener su ventaja hasta el final del partido. Por su parte, Serbia ha luchado por encontrar su ritmo ofensivo, y el jugador estrella Bogdan Bogdanovic ha tenido buenos momentos. Sin embargo, los esfuerzos serbios han sido en vano, ya que los alemanes han sabido resistir y asegurarse la victoria.
El título del MVP ha sido sencillo, ya que Dennis Schröder ha cumplido con la promesa y ha liderado con éxito a su equipo hacia la gloria. El alemán de origen gambiano por parte de madre se ha reivindicado en este Mundial con su personalidad y su ambición por ganar, lo que le ha costado incluso enredos con compañeros y su entrenador: El base de los Raptors se las tuvo con Daniel Theis y su técnico en un tiempo muerto para después vapulear la Eslovenia de Luka Doncic.
La muerte súbita de su padre, a quien le prometió que se tomaría en serio el baloncesto, ha marcado la manera de tomarse este deporte. Con los 30 puntos ante Australia como mayor obra maestra hasta la final, igualando nada menos que Dirk Nowitzki como el único alemán en clavar esa cifra en un Mundial, Schröder ha hecho historia. «Queremos grabar nuestros nombres en la historia», advertía el estandarte alemán hace unas semanas. Y así ha estado.
