El fútbol del Maresme se ha unido esta semana para condenar con contundencia la brutal agresión que sufrió un árbitro en un partido de categoría sub-11 en el campo de Ocata, en Masnou. El incidente, que terminó con el colegiado trasladado al hospital y de baja laboral, ha provocado una reacción colectiva sin precedentes: más de cuarenta clubes del Maresme han hecho frente común para denunciar los hechos y expresar su apoyo al colectivo arbitral. “Fue una agresión muy dura. No es lo que queremos ni lo que buscamos en nuestro fútbol”, ha explicado el delegado federativo en el Maresme, Moha El Gaadaoui, en declaraciones a tvmataró, remarcando la necesidad de recuperar el respeto y la educación en los campos.
Unión en el fútbol del Maresme
La gravedad de la agresión ha sacudido toda la comarca. El comunicado conjunto emitido por los clubes del Maresme muestra un rechazo total a cualquier forma de violencia o intimidación dentro de los terrenos de juego. En él, las entidades envían su apoyo al árbitro agredido y al comité técnico de árbitros del Maresme, y ponen de manifiesto que incidentes como este no representan los valores del fútbol formativo. También han querido dejar claro que el agresor no era aficionado de un club del Maresme, sino de una entidad de fuera del territorio. La indignación, sin embargo, ha sido compartida y transversal: clubes, entrenadores, jugadores y aficionados se han mostrado al lado del colegiado y han reclamado más protección para los árbitros.
Como respuesta visible y simbólica, este fin de semana todos los equipos de la comarca llevarán a cabo un gesto unitario antes de comenzar los partidos: los jugadores y jugadoras se sentarán en el suelo durante el primer minuto de juego. Se trata de una acción de protesta contra las agresiones y de apoyo explícito a la figura arbitral, a la que también se espera que se sumen los rivales venidos de fuera del Maresme. Además, las entidades han animado a la comunidad futbolística y a los seguidores a expresar su solidaridad a través de las redes sociales con el lema “proteger al árbitro es proteger el juego”. Un llamado a la conciencia colectiva que quiere marcar un punto de inflexión ante la violencia y reafirmar la idea de que sin respeto hacia el colegiado, no hay fútbol posible.
