It’s over. La participación de Rafa Nadal en Wimbledon ha acabado de la peor forma posible después de la victoria heroica del pasado miércoles. La lesión en su abdominal ha hecho higo y el tenista manacorense ha anunciado que se retira justo un día antes de la semifinal que debía disputar contra el australiano Nick Kyrgios. Lo ha expresado en una rueda de prensa muy dura.
Y es que más allá de explicar el qué, también ha justificado el porque. Nadal ha asegurado que ha tomado esta decisión porque la lesión le impide «ganar ningún otro partido». Hasta ahora había jugado con dolores, pero ahora su cuerpo ha dicho lo suficiente. Además, reconoció que el dolor en el abdominal es cada vez peor y que, de arriesgar, podría acabar estando apartado entre dos y tres meses de las pistas.
Ahora, a descansar ya recuperarse
De cara al futuro, el balear espera poder descansar para volver a ser el de siempre. O, sin ir más lejos, lo que el miércoles derrotó a Taylor Fritz. Eso sí, ese día, en el All England Club, ya arrastraba la lesión en cuestión. De hecho, durante el partido, tuvo que irse un rato al vestuario para tratarse. Finalmente volvió, pese a que desde la grada, su padre le pidió que se detuviera y que se retirara.
El futuro más inmediato depara al tenista masculino con más Grand Slams de la historia precisamente un nuevo Grand Slam: el US Open. Éste se disputa entre finales del mes de agosto y principios del mes de septiembre. Por tanto, todo apunta a que el español descansará y empezará a pensar en la cita estadounidense. Una cita que ha ganado cuatro veces (en los años 2010, 2013, 2017 y 2019).
Una oportunidad perdida
Lo de Wimbledon, pues, supone un descalabro a una temporada que estaba siendo brillante, en tanto que hasta ahora había ganado el Abierto de Australia y Roland Garros. Aspiraba, de hecho, a ganar los cuatro grandes torneos en un año y emular, de este modo, lo que ya hizo Don Budge en 1938 y Rod Laver en dos ocasiones: en 1962 y en 1969.
Por tanto, a efectos resultadistas, el hecho de que Nadal se haya retirado antes del partido contra Kyrgios implica que el australiano se clasifica directamente para la final. Por tanto, optará a ganar su primer Grand Slam, contra el ganador de la semifinal que disputarán Novak Djokovic y el británico Cameron Norrie.