Rafa Nadal ha tenido mucha fortuna y ha accedido a una nueva final de Roland Garros después de que su rival en las semifinales, el alemán Alexander Zverev, s hubiera hecho daño en el tobillo y hubiera tenido que retirarse del encuentro. Un encuentro con mucha igualdad, que ha terminado después de que el balear se llevara el primer set con un 6-6 y un tie break por 10-8, y que ambos llegaran a finales de la segunda manga también con la misma igualada a seis.
La retirada del partido y por tanto del torneo de Zverev ha dejado primero una imagen dolorosa. Y es que ha caído al suelo después de hacer un muy mal gesto con su pie derecho, y al intentar devolver un balón muy complicado, que requería mucho esfuerzo para evitar que el español no lograra igualar el partido.
Imágenes muy dolorosas que iban acompañadas de muchos sentimientos. Y es que el joven alemán es uno de los tenistas más queridos por el público de este deporte y por sus compañeros de profesión. Su ambición y su humildad hacen que se empatice mucho con él. Además, todavía no ha ganado ningún Grand Slam, y la final anticipada de este viernes contra Nadal podía ser el penúltimo escollo para acabar con esa racha.
Zverev marcha del partido en silla de ruedas
Después de unos instantes revolcándose del dolor, le han llevado una silla de ruedas para retirarse con ella hacia el vestuario. Una imagen bastante inédita, y que demostraba que el atleta no podía ni siquiera andar con normalidad. Cuando se ha ido, pues, todo el público ha enmudecido. Nadal esperaba en su particular asiento, y el tenista lesionado se trataba para intentar volver y seguir luchando. Pero no ha habido forma.
Zverev ha vuelto minutos después, pero con muletas. Y ahí ya ha quedado evidenciado que el partido se daba por finalizado, que el vencedor era Nadal y que el alemán había tenido muy mala suerte. Era una oportunidad dorada para él. Tras nueve enfrentamientos, llevaba un balance negativo contra el de Manacor: seis derrotas y tres victorias.
Eso sí, estas tres victorias se habían dado en los últimos cuatro enfrentamientos entre ambos. Por tanto, si bien había perdido el primer set, tenía muchas posibilidades de derrotar a Nadal en su casa y plantarse en una final contra Casper Ruud, número ocho del mundo, o Marin Cilić, número veinte, que en ningún caso hubieran sido favoritos. Tampoco lo serán contra Nadal.