Leo Messi se ha reencontrado este pasado fin de semana con su mejor versión. El mejor futbolista de la época ha vuelto a exhibirse después de un primer curso muy complicado en el Paris Saint-Germain. Ha vuelto a sorprender al mundo del fútbol con un partido a su altura. Es decir, un partido de diez. Y de dios. En un amistoso contra la selección de Estonia, disputado en El Sadar (Pamplona), Messi ha liderado a su Argentina, ganando el partido por 5-0… ¡y con cinco goles suyos!
Messi ha encauzado rápidamente la victoria con un gol de penalti, cuando sólo habían transcurrido escasos ocho minutos de partido. El meta Matvei Igonen ha derribado a Pezzella, y no ha podido hacer nada en el lanzamiento del protagonista. Disparo potente y raso, a la derecha, que le ha dejado petrificado en medio.
Después de haber abierto la lata, el combinado entrenado por Lionel Scaloni ha empezado a disfrutar. Dominó con claridad el partido y el balón. Llegaba con mucha facilidad a la portería rival, y no permitía que los bálticos pasaran del centro del campo. Messi era el ejecutor de las jugadas, para que sus compañeros Lautaro Martínez y Julián Álvarez las terminaran.
Eso sí, quien ha vuelto a marcar ha sido el ex jugador del Fútbol Club Barcelona. A finales de la primera mitad, ha puesto tierra por en medio después de una notable asistencia del Papu Gómez, llegando por sorpresa desde la derecha y chutando a la escuadra. Y encendiendo una afición mayoritariamente albiceleste, y enloquecida.
Sangría goleadora en la segunda mitad
En la segunda mitad, el astro argentino ha ejercido aún más. Ha sido un acto para que el conjunto sudamericano demostrara su comunión con su estrella. Para que demostrara que, ahora sí, los diez compañeros de Messi en Argentina sepan cómo interpretar al futbolista de Rosario y que no solo tenga que interpretar él a los demás.
En la primera jugada de la reanudación, después de una triangulación al estilo Barça de Pep Guardiola, el lateral Molina ha servido un buen balón que Messi ha introducido hacia dentro, desde el punto de penalti y al primer toque. Gol de penalti, gol de 10 y ahora, gol de 9. Gol para certificar el hat-trick, pero insuficiente todavía.
Veinticinco minutos después, el delantero ha firmado el póquer. Después de una recuperación argentina y una flagrante falta de concentración de los estonios, el más listo de la clase se llevó el balón, hizo una finta que el portero y su marcador se creyeron , y ha marcado a placer. 4-0, y con ganas de más.
Porque al poco rato, y después de una jugada de carambola en la que varios compañeros suyos han chutado pero se han topado con rivales, Messi, con un imán a sus pies, recogió el esférico de nuevo en el punto de penalti y ha batido al portero con facilidad, y gracias a la poca visión que tenía al haber compañeros suyos delante.
Nuevo repóquer para seguir haciendo historia
De este modo, el siete veces Balón de Oro se ha cargado la selección número 110 en el ranking FIFA con una manija y una exhibición que hacía tiempo que no completaba. Ha sido su primer hat-trick desde el pasado mes de septiembre, cuando marcó tres goles también con Argentina, en Bolivia y en un partido correspondiente a las Eliminatorias de clasificación para el Mundial de Qatar.
Además, tal y como ha informado el experto en estadísticas Mister Chip, se ha convertido en el tercer fu
tbolista al anotar cinco goles con la albiceleste (ya lo hicieron Juan Andrés Marvezzi en 1941, contra Ecuador en la Copa América, y José Manuel Moreno, el año siguiente, contra el mismo rival y en la misma competición). Además, es la segunda ocasión en la que marca cinco goles en un partido. Ya lo hizo con la camiseta azulgrana, en la vuelta de los octavos de la Champions League de la temporada 2011/2012, ante el Bayer Leverkusen, en el Camp Nou y con un marcador final de 7-1.
Por otro lado, estos cinco goles le han servido para superar al legendario Ferenc Puskas como cuarto máximo goleador histórico en términos de selecciones (86 tiene Messi y 84 hizo el húngaro ), y por delante sólo tiene Cristiano Ronaldo (117), Ali Daei (109) y Mokhtar Dahari (89). Una nueva exhibición , pues, que sirve para seguir escribiendo páginas en las enciclopedias del fútbol, y para engrasar la maquinaria argentina de cara a la quinta Copa del Mundo de Messi.