La selección del Brasil ha goleado a la de Túnez en el estadio parisino del Parque de los Príncipes por 5-1, con una exhibición de fútbol y demostrando su favoritismo de cara al Mundial que se jugará entre los meses de noviembre y diciembre de este año en Qatar. La canarinha ha liquidado a los africanos con una primera mitad brutal, gracias a los goles del culé Raphinha (por partida doble), Richarlison y Neymar. Montassar Talbi había empatado provisionalmente, antes de un descanso que dio paso al definitivo gol de Pedro Guilherme. Sin embargo, el partido ha sido más noticia por un nuevo y lamentable episodio racista.
Richarlison y sus compañeros reciben el lanzamiento de dos plátanos
Todo se remonta al gol anotado por Richarlison. El jugador del Tottenham ha marcado inmediatamente después de que Talbi hubiera empatado la contienda, por lo que ha instaurado el 2-1. Cuando se dirigió a un córner para celebrar la anotación con sus compañeros, recibieron, por parte del público, el lanzamiento de dos plátanos, en un claro ejercicio racista.
Después del encuentro, la Confederación Brasileña de Fútbol (CBF) ha emitido un comunicado en sus redes sociales, expresando que «reforzamos nuestra postura contra el racismo y repudiamos cualquier manifestación en este sentido» . Además, el hecho ha ocurrido el día en el que precisamente el conjunto sudamericano ha salido al césped sin ninguna estrella en su camiseta, de esas que acreditan las cinco consecuciones de Copas del Mundo, y con un cartel con el texto «sin nuestros jugadores negros, no llevaríamos estrellas en nuestra camiseta».
Dani Alves vivió algo parecido en España
Ha quedado claro que ni con campañas contra el racismo se puede detener el mismo racismo, y que hace falta mucho más para erradicarlo. O, al menos, que es necesario insistir. El hecho de que han sufrido Richarlison y compañía se ha vivido ya anteriormente. Sin ir más lejos, recuerda a lo que vivió Dani Alves en la temporada 2013/2014 en el campo del Villarreal, donde un aficionado local le lanzó también un plátano. Entonces, el lateral, que se disponía a servir de esquina, se detuvo por comer el plátano, en una acción lamentablemente premeditada, y por tanto que el jugador ya se esperaba que pasaría algún día.
