La defensa central gerundense Laia Codina ha vuelto al Fútbol Club Barcelona después de jugar cedida durante una temporada en el Milan. Formada en las categorías inferiores azulgranas, se convirtió en jugadora del primer equipo en 2019. En 2021 ganaría el histórico triplete con el resto de compañeras y Codina se volvió especialmente icónica por llevar una botella de ratafía a la celebración de la UEFA Women’s Champions League. Aun así, en el curso 2020-2021 solo disputó quince partidos como azulgrana, así que el club decidió cederla para que cogiera rodaje. En el Milan ha tenido mucho más protagonismo y el Barça ha considerado que esta temporada de experiencia en el fútbol femenino italiano ha sido suficiente para volver a Cataluña y luchar por una plaza en el once titular culé.
Laia Codina vuelve al Barça y analiza su situación
Codina ha aprovechado su retorno para conceder una entrevista al diario Ara en la cual analiza su situación actual. La central gerundense destaca que su tarea en el Milan ha sido más importante que la que pueda tener en el Barça, puesto que «teníamos menos posesión y defendíamos más». Esto le ha servido para mejorar sus cualidades en su posición, pero Codina deja claro que su retorno no será sencillo, puesto que la intensidad del conjunto culé es muy superior a la que ha vivido en Italia: «Lo que más me podría preocupar es coger el ritmo de balón. El ritmo al que juega el Barça difícilmente lo encontrarás en otros equipos».
La gran diferencia entre el fútbol masculino y femenino
Más allá de esto, sin embargo, Codina ha hablado de otros muchos aspectos relacionados con ella misma y con el fútbol femenino. Ha subrayado la importancia de cuidar la salud mental y de tener un psicólogo para «sacarte la presión que tenemos las jugadoras ahora que el fútbol femenino está creciendo». Además, también han destacado sus declaraciones sobre el vínculo entre las futbolistas y la afición, el cual considera que es «la gran diferencia» con el deporte masculino que no se tendría que perder: «A mí me parece bonito que las jugadoras después del partido se acerquen a los aficionados, independientemente de si has hecho un buen o un mal partido. Nosotras también hemos sido aficionadas y lo que nos gustaba era sentir la unión del equipo con la afición. La piña entre equipo y afición diferencia el femenino del masculino».