El Fútbol Club Barcelona ha caído eliminado de los cuartos de final de la UEFA Europa League en un partido lamentable en el Camp Nou contra el Eintracht de Frankfurt por todo lo que ha pasado sobre el césped y, sobre todo, por la invasión de aficionados alemanes en las gradas del estadio. Este segundo hecho puede haber ocultado la mala actuación de algunos jugadores, como Óscar Mingueza o Eric Garcia, con algunos errores evidentes que han puesto al Barça en graves problemas. Aun así, es difícil analizar el papel de los futbolistas en este duelo, puesto que han jugado totalmente condicionados por un ambiente único, insólito e histórico en el Camp Nou, con la grada animando más al equipo rival que al propio conjunto azulgrana.
El árbitro, Artur Soares Dias, el gran señalado por una gestión nefasta de un partido caliente
Ahora bien, quien no tiene ningún tipo de excusa o perdón es Artur Soares Dias, el árbitro del partido, que en vez de intentar calmar el ambiente y propiciar un duelo justo y cómodo para ambos equipos, ha perdido los papeles en varias ocasiones, ha contribuido al caos y se ha puesto de manifiesto como un colegiado nefasto. Para empezar, ha señalado un penalti bastante dudoso en el minuto tres, que ha estado probablemente una de las claves de la victoria de la Eintracht, puesto que los alemanes se han visto por delante desde el primer momento del partido.
Esto, pero, puede llegar a ser comprensible y, si él ha visto penal, está en su derecho de señalarlo. El que no tiene justificación es el que ha hecho al inicio de la segunda mitad. Después de pasar por los vestuarios, el Barça ha salido muy enchufado y ha frotado el gol en dos ocasiones. Los azulgranas habían encontrado el ritmo para someter el Eintracht y lo estaban aprovechando. Entonces, Soares Dias ha pedido una revisión con el VAR por un posible penalti a favor de los culés, cosa que habría cambiado del todo la eliminatoria. Aun así, la forma con la cual ha gestionado esta jugada ha estado muy extraña. Ha tardado muchísimo a llegar hasta el monitor del VAR, ha visto que no funcionaba, le han ofrecido un ordenador portátil, ha revisado la acción y no ha dado el penalti. Este espectáculo dantesco ha costado unos cinco minutos de parada y el Barça ha frenado su arrebato, cosa que ha aprovechado la Eintracht para hacer el tercero.
Más allá de esto, también ha estado incomprensible su gestión de las tarjetas. Ha estado muy permisivo con el juego duro y a veces violento de los alemanes y en algunas ocasiones se ha tragado faltas clarísimas de forma inexplicable. Es normal que los jugadores del Barça se hayan visto superados por un ambiente inaudito en el Camp Nou, pero esto no puede afectar de ninguna forma al arbitraje, puesto que el ambiente del estadio era, en todo caso, hostil para los futbolistas azulgranas, pero no ha tenido muchas interacciones con Soares Dias. De hecho, los pocos culés que han podido hacer ruido se han quejado de su actuación en varias ocasiones.
