Antoine Griezmann abandonó el Fútbol Club Barcelona hace justo un año y volvió al Atlético de Madrid. Se marchó como cedido a cambio de diez millones de euros por dos temporadas, con una opción de compra obligatoria de cuarenta millones. El problema, sin embargo, es que esta opción de compra obligatoria depende de un condicionante: Griezmann tiene que disputar el 50% de todos los partidos en los cuales esté disponible con el Atlético. Esto supone jugar un mínimo de cuarenta y cinco minutos por duelo. La temporada pasada esto se cumplió con creces y se superó el 80%, pero en este inicio de Liga la situación ha cambiado como un calcetín y empieza a crecer la preocupación por el caso Griezmann.
Antoine Griezmann no está jugando con el Atlético de Madrid
En los tres partidos iniciales, Antoine Griezmann no ha sido titular y ha entrado a partir del minuto sesenta, de forma que estos duelos no computan como jugados para la cláusula en cuestión. A pesar de haber conseguido ya dos goles en los pocos ratos que ha tenido con el Atlético este curso, el Cholo Simeone lo mantiene en el banquillo. Es cierto que el entrenador argentino niega en rueda de prensa que haya ninguna estrategia para no hacerlo jugar, pero la sensación a la hora de la verdad es otra. Teniendo en cuenta los partidos que sí que disputó la temporada pasada, Griezmann tendría que jugar un 20% de duelos este curso aproximadamente para que se acabe activando la cláusula que obligue al Atlético a pagar cuarenta millones al Barça.
El Barça no puede asumir el retorno de Griezmann
El retorno de Griezmann al Barça sería un gran problema para la entidad azulgrana, no solo porque dejaría de ingresar cuarenta millones de euros, sino porque el contrato que tiene firmado con el club culé es muy elevado y engordaría de forma sustancial la masa salarial. Además, su rendimiento como azulgrana nunca fue óptimo, así que tampoco se estaría recuperando un jugador diferencial, siempre que no fuera capaz de recuperar su nivel de hace cuatro temporadas.