Patidazo en el Pavelló Olímpic de Badalona que ha demostrado el gran estado de forma del baloncesto catalán. El Barça de Sarunas Jasikevicius y la Penya de Carles Duran han librado una batalla a muerte en el tercer enfrentamiento de las semifinales del Playoff de la Liga ACB. Era un duelo clave, puesto que el ganador se quedaba a solo una victoria de disputar la gran final contra el Real Madrid. Finalmente, el vencedor ha sido el visitante, el Barça, que hay que decir que ha dominado el marcador en todo momento, si bien también se tiene que destacar que la Peña no ha perdido las opciones de victoria en ninguna ocasión (77-83).
La crónica del Penya-Barça (77-83)
Ambiente de lujo en Badalona para vivir este duelo trascendental para la historia de la Penya. No solo en el Pavelló Olímpic, sino también en las calles de la ciudad, que durante toda la tarde se han llenado de ríos verdinegros. Y es que para el Joventut ganar este partido suponía quedarse a un match ball de volver a una final del Playoff de la Liga ACB, cosa que no pasa desde 1993, y, además, hacerlo contra el eterno rival.
Aun así, el Barça ha salido muy concentrado a la pista y ha encontrado parciales favorables desde el primer minuto. De hecho, el periodo inicial ha sido claramente culé, con el liderazgo de un Nico Laprovittola que no ha tenido piedad de su exequipo y de la afición que tanto le aprecia por haber salvado el club hace cuatro años, y un Brandon Davies que siempre se crece en estos partidos. La Penya no ha podido entrar en juego y ha perdido con claridad el primer cuarto (14-23), pero las cosas han cambiado rápidamente.
Si los azulgranas han marcado el ritmo de los diez minutos iniciales, los verdinegros han llevado la batuta en el segundo cuarto. El protagonismo ha vuelto a ser para jugadores con historia en los dos equipos, en este caso Ante Tomic desde la pintura y Pau Ribas comandando el balón y haciendo mover a sus compañeros. La Penya se ha llegado a acercar muchísimo en el marcador, a tres puntos, pero entonces ha aparecido el talento del mejor de Europa, Nikola Mirotic. Con dos triples seguidos, el montenegrino ha parado la sangría e incluso se ha atrevido a desafiar y provocar las gradas del Olímpic. Los locales se han deshecho después de estos golpes consecutivos y el Barça ha ganado el cuarto de un punto y se ha ido al descanso con una ventaja considerable (36-46).
Después del paso por vestuarios, se ha repetido la misma historia del segundo periodo. La Penya ha entrado a la pista con mucha más intensidad y ha vuelto a recortar la diferencia que había al marcador hasta los tres puntos. Derek Willis ha entrado en escena, acertadísimo con anotaciones que parecían imposibles, para poner las cosas muy complicadas a los culés. En este caso, el encargado de frenar el arrebato verdinegro ha sido Cory Higgins, con puntos importantes en momentos importantes, pero el Barça ya no se ha podido volver a marchar en el marcador como ha hecho antes. El resultado ha hecho el acordeón y los badaloneses han llegado totalmente vivos en el periodo decisivo gracias a un triple sobre la bocina de Ferran Bassas (56-61).
Los diez minutos finales han sido una batalla muy dura, tanto psicológica, como física, como deportiva. La Penya ha tenido que luchar con el esfuerzo de intentar igualar el marcador, mientras el Barça conseguía mantener a los verdinegros a una distancia cómoda. Cuando los locales se acercaban peligrosamente a tres o cuatro puntos, los azulgranas reaccionaban con triples muy dolorosos, como por ejemplo uno de Mirotic en los últimos minutos del duelo que parecía que certificaba el partido. Aun así, la Penya no se ha rendido en ningún momento y ha conservado las opciones de victoria una vez tras otra. En el momento trascendental, un triple de Nick Calathes y una mala decisión ofensiva de Andrés Feliz han acabado dando el triunfo a los culés (77-83).
Mala actuación arbitral
Hay que destacar también el mal papel de los colegiados del partido, liderados por Miguel Ángel Pérez Pérez, que no han sabido estar a la altura de un partido de esta exigencia, tanto en cuanto al ambiente del Olímpic, como por la tensión de dentro de la pista. La sensación es que han pitado movidos por la tendencia del juego: cuando la Penya lo estaba haciendo mejor y el público presionaba, las decisiones caían del lado verdinegro, pero cuando el Barça conseguía encadenar buenos parciales, también se ha encontrado con cierto beneficio arbitral muy protestado por la afición badalonesa. En cualquier caso, no se puede considerar que los colegiados hayan decantado el triunfo por ninguno de los dos lados.
